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En un acto de fraternidad, integrantes del colectivo estadounidense Chopeke colocaron diversos sube y baja en la valla fronteriza que divide a Estados Unidos y México, para unir a los ciudadanos de ambas naciones a través del juego.
La tarde del domingo diversas familias se dieron cita en los límites de Sunland Park, Nuevo México, y Anapra, una de las colonias más pobres de Chihuahua, ubicada al oeste de Ciudad Juárez.
Esta actividad fue pensada por el arquitecto Ronald Rael, quien es profesor de arquitectura de la Universidad de California y de Virginia San Fatello, y se encargó de diseñar las estructuras de metal color rosa que fueron instaladas la mañana del domingo.
Entre los asistentes al juego estuvo Kerry Doyle, directora del Rubin Center, una escuela de artes visuales ubicada en la frontera de Estados Unidos y México, quien acompañó a las familias en su convivencia, la cual, destacó, busca fraternizar a las comunidades de ambas naciones; además, compartió el momento en sus redes sociales.
Esta actividad fue concebida por Ronald Rael como un acto de igualdad social, además de que con ella quiso demostrar que existe un equilibrio natural entre los seres humanos y entre las naciones y que, a pesar de ser distintas, no se pueden dividir por que hay lazos que las unen.
El muro se convirtió en un punto de apoyo literal para las relaciones entre Estados Unidos y México, y los niños y adultos se conectaron de manera significativa en ambos lados con el reconocimiento de que las acciones que tienen lugar en un lado tienen una consecuencia directa en el otro lado”.
A través de un mensaje en su cuenta de Instagram, el creador de los sube y baja fronterizos afirmó sentirse contento por haber encabezado dicha iniciativa, que describió como una de las más increíbles de su carrera y afirmó haberse divertido mucho mientras la llevó a cabo.
La visión de Ronald Rael sobre el fenómeno migratorio es contrapuesta a la imagen negativa que este problema internacional genera en los gobiernos de México y Estados Unidos, puesto que 2019 está marcado por ser el año con las cifras más altas en flujo de indocumentados de origen centroamericano que buscan encontrar asilo político en el país norteamericano.
Con información de Excélsior, Noticieros Televisa y Telemundo
Fotografía tomada de Excélsior