Redacción | Acustik Noticias
En medio de una ola de calor, siete migrantes, entre ellos una mujer, dos bebés y un niño pequeño, pudieron haber muerto de deshidratación e insolación en la frontera con México a unos 29 kilómetros al este de la ciudad texana de McAllen, informaron fuentes estadounidenses.
Anteriormente, ya se había reportado las malas condiciones en las que vivían los menores en los centros de detención, por lo que observadores y trabajadores denunciaron la mala alimentación y las condiciones insalubres que existen en estos lugares.
Bajo su anonimato, un funcionario local dio a conocer que los cuerpos de la mujer y los niños fueron encontrados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cerca del Río Bravo, en el sur de Texas, por lo que supone que pudieron haber muerto el domingo.
Luego de que agentes de la Patrulla Fronteriza en el área de Del Río recibieran llamadas anónimas los días 19 y 20 de junio de migrantes perdidos, se empezaron a realizar las labores de rescate y encontraron los restos de dos hombres en un rancho cerca de Carrizo Springs.
Días atrás, también hallaron otro cuerpo en la orilla del Río Bravo, cerca de Normandy.
Raúl Ortiz, agente de la patrulla del sector de Del Río, expresó que las temperaturas extremas durante esta época del año pueden ser fatales para quienes intenten atravesar la frontera ilegalmente.
El pasado 4 de junio, el presidente estadounidense, Donald Trump, pidió a México crear medidas más estrictas para frenar ‘la invasión’ de migrantes a su país.
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Con información de Excélsior, RT en Español y 24 Horas.
Fotografía tomada de El Valle Noticias.