Negocio de amapola quedó atrás; narcotraficantes se dedican a las minas

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Acustik Noticias

CDMX. 27 de diciembre de 2018.- El día de ayer se celebró una misa en honor a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, al cumplirse 51 meses de su desaparición forzada.

El obispo Salvador Rangel de Chilpancingo-Chilapa ofició la misa en la Basílica de Guadalupe. En primer lugar agradeció al cardenal Carlos Aguilar por permitir que se realizara este acto religioso para recordar a los normalistas de los que desde el 26 de septiembre de 2014 no se sabe nada.

Al término de la misa, el obispo Rangel mencionó que en la zona de Guerrero no hubo tregua entre narcotraficantes que cultivan amapola en esta temporada festiva; por el contrario, debido a la baja en la venta del narcótico, la violencia se intensificó.

El obispo también mencionó que debido a que en México ha ingresado la China White, droga altamente adictiva que ha desplazado a la heroína debido a su contenido de fentanilo, la cosecha de amapola ha dejado de ser redituable para varios campesinos pues los narcotraficantes han preferido aliarse con empresas para controlar el negocio de aserraderos y minas de oro y plata

“El precio cayó totalmente. Hace tres años costaba 35 mil, 40 mil pesos el kilo, y ahora la están pagando a 3 mil 500 o 4 mil pesos. La gente de la sierra con la que tengo contacto ya no quieren sembrar, simplemente dice: ‘Ya no nos costea’ […] La gente se acostumbró a vivir de la goma de opio, se enseñó a ganar dinero fácil. Hacían tres siembras al año de amapola y les redituaba bastante, más que sembrar maíz, que depende de si llueve para sacar sus cosechas”, mencionó el obispo.

El obispo hizo un llamado al gobierno federal para voltear a ver a los pobladores afectados quienes antes eran obligados a sembrar sus terrenos con amapola pero ahora han sido abandonados y se encuentran en situación de pobreza.

“Es el momento oportuno para que el gobierno haga algo en favor de esa gente que es muy pobre. El hambre es la madre de todas las guerras. Ojalá hubiera estabilidad económica para que hubiera estabilidad social”, enfatizó Rangel.

Con información de Milenio, Proceso y Sur Acapulco.

Fotografía tomada de Forbes México.

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