Dios no me dio piernas, pero lo reemplazó con talentos: Alca

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Acustik Noticias

Barranquilla, Colombia. 5 de octubre de 2018.- Alfonso Mendoza debido a un mal congénito no tiene la mitad del cuerpo, lo que no le ha impedido ser rapero, surfista y padre de familia. Tampoco le impidió volverse migrante cuando huyó de Venezuela para conquistar Colombia.

Alfonso se hace llamar Alca, el resultado de la contracción de las primeras letras de su nombre y las de la palabra ‘camino’. Al camino, pues le entusiasma rodar por la vida en patineta. Al camino, rodando y sonriendo.

Alca lleva nueve meses en Barranquilla, la ciudad portuaria más grande del Caribe colombiano. Atravesó cientos de kilómetros por peligrosos atajos fronterizos del desierto La Guajira para llegar a su destino, y aunque contaba con pasaporte, eligió el riesgo para poder pasar artesanías para vender.

Más venezolanos huyen: cerca de un millón han llegado a Colombia, la mayoría ilegales, recorriendo rutas de contrabando. La ONU informó que 1.9 millones de venezolanos han dejado su país desde 2015, huyendo de la crisis económica y política.

Alca no es la excepción. Dejó su país postrado por la hiperinflación y la escasez, donde sus conocimientos de diseño y sus conferencias de superación personal dejaron de ser sustento. Además, se convertiría en padre; no había más que huir a Colombia.

Venezuela no ofrecía un ‘mejor futuro’ para su familia: su compañera de vida Mileidy Peña y su bebé Auralys, nacida el 21 de septiembre pasado en Barranquilla. Ahora malviven en un terreno de invasión del sur del municipio, en una casa de zinc y madera cercana a una gallera que los domingos vibra con las apuestas.

Alca a diario se las arregla para descender por unas gradas rústicas y avanzar por un camino pedregoso, y lo que en Venezuela era un pasatiempo, en Barranquilla es su medio de sustento: cantar. Rapea en el transporte público: ‘Y si voy a Venezuela/ Y me toca regresar/ No lo pensaría dos veces/ para volver a esta ciudad’.

En un buen día, Alca puede regresar a casa con 30,000 pesos colombianos, que equivalen a unos 10 dólares. Hoy, un salario mensual en Venezuela equivale a 29 dólares.

Alca intentó suicidarse a los 13 años debido a la agenesia femoral que atrofió el desarrollo de sus piernas. Tras su intento fallido superó el complejo y se aficionó al patinaje acrobático y aprendió a surfear.

‘Una ola es una barrera que se va rompiendo a través de la tabla’, es su metáfora de vida. Cuando Alca nació fue abandonado por sus padres y su abuela lo cuidó hasta su muerte, él tenía apenas nueve años. Luego vinieron los tiempos de la silla de ruedas y la escuela: ‘los niños me metían en las papeleras o me encerraban en los baños’. Pero la música le ‘salvó la vida’ y un amigo le cambió la silla por la patineta.

Ahora, el rapero surfista quiere recuperar de a poco lo perdido en Venezuela. Ha retomado sus conferencias con un único mensaje: ‘Dios no me dio piernas, pero lo reemplazó con talentos’.

Con información de El Heraldo y Yahoo Noticias.

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