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Iowa, Estados Unidos. 6 de diciembre de 2018.- Un tribunal de Iowa, Estados Unidos, condenó a cadena perpetua sin opción de libertad condicional a Zachary Paul Koehn, un hombre de 29 años acusado de haber asesinado en primer grado a su hijo Sterling.
Con respecto a la madre de 21 años, Cheyanne Harris, El País informó que será juzgada por el mismo delito en enero de 2019. La pareja tiene otra niña de dos años que ha sido llevada a un hogar provisional.
El 30 de agosto de 2017, el propio Zachary llamó a los servicios de emergencia para reportar que su vive había fallecido. Cuando los paramédicos llegaron al domicilio encontraron, en una habitación a oscuras, al bebé muerto y con gusanos en su cuerpo.
‘Sobre las nueve mi novia fue a checar al niño, y luego como a las 11:00 u 11:30 fue a revisar otra vez y el bebé se había ido’, explicó Koehn en una grabación que facilitaron los servicios de emergencias para el juicio.
Al respecto, el cuerpo forense, representado por Dennis Klein, el médico encargado del caso, dijo que la autopsia reveló que el bebé falleció por desnutrición, deshidratación y una infección por E. coli causada por las heces fecales que había en el pañal que, tras semanas sin cambiárselo, produjo la aparición de gusanos.
Además, Klein presentó fotos en las que se podía observar claramente las nefastas condiciones en las que se encontraba el pequeño.
The Brutal Neglect Of 4-MO Baby Sterling Koehn~Died In A Swing-Diaper NOT Changed 4 A Week!-#BadDads Zachary Paul Koehn-#BadMums Cheyanne Harris Trial NEXT! #ChildAbsusehttps://t.co/KipDUkEjVv via @MailOnline
— PeopleRuinEverything (@Skunky66613) November 1, 2018
Es probable que Sterling, en sus últimos días, estuviese en estado letárgico y no respondiese a estímulos, ni interactuase con los demás, y probablemente perdió su llanto, según explicó el doctor Klein, contradiciendo así la versión del padre que aseguró que el niño se encontraba muy despierto un día antes de su fallecimiento y que creía que había perdido la vida por muerte súbita infantil.
Sin embargo, según dijo ante el jurado la trabajadora social Sheila Schroeder, el padre del bebé admitió ser consumidor de metanfetaminas. Tras comprobar los expedientes médicos del pequeño, la profesional descubrió que nació con rastros de droga en su cordón umbilical.
Con información de RT, El País y Univisión.