Está comprobado, si elevamos la matrícula escolar, disminuye la tasa de trabajo infantil, por ello, en el Congreso de la Ciudad de México somos sensibles a esta asignatura pendiente y estamos resueltos a garantizar los derechos de las niñas y niños para que el estudio, recreación y la cultura sean las únicas actividades donde se ocupen nuestros infantes.
Así lo expresó Elizabeth Mateos Hernández, coordinadora de la Asociación Parlamentaria Mujeres Demócratas, al tiempo de reconocer su preocupación por la infancia, “México es el segundo país en América Latina con más niñas, niños y adolescentes laborando, después de Brasil. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), la población es de más de 3.3 millones de infantes”.
Las niñas, niños y adolescentes deben tener en sus manos un cuaderno y un libro, un uniforme deportivo para activarse físicamente y música en sus corazones para facilitarles avizorar un mejor futuro y para ello, desde nuestra trinchera, los legisladores trabajamos con leyes que garantizan sus derechos, explicó.
El trabajo infantil -dijo- es un problema persistente en México, no obstante, en la CDMX, el Congreso promueve y reforma leyes, y para que más niñas y niños puedan ser adoptados es urgente que el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) armonice la información de su página web con lo establecido por el artículo 390 del Código Civil Federal, a fin de incluir, dentro de los requisitos para las y los solicitantes de adopción a las personas mayores de 25 años y libres de matrimonio, lo cual podrá reducir la espera de 30 mil infantes en acogida, precisó Mateos Hernández.
El derecho a la educación existe y contiene diversas características como la laicidad, y gratuidad, para complementarla la Constitución Política de la CDMX, hemos propuesto integrar el concepto de seguridad escolar, para garantizar al interior como al exterior de las instalaciones educativas, la seguridad de los infantes, agregó la legisladora.
También, propuso implementar acciones de prevención para disminuir los índices de embarazos entre adolescentes de 15 a 19 años de edad en situación de calle, toda vez que México ocupa el primer lugar en embarazos adolescentes entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil.
Situaciones como la pandemia por COVID-19, aumentó los riesgos para la salud mental y trajo afectaciones emocionales a niñas, niños y adolescentes, por ello, Elizabeth Mateos solicitó a la Red PILARES impartir capacitación en educación emocional al tiempo de diseñar programas de acompañamiento para las y los adolescentes.