Dolor abdominal, diarrea y vómito preceden casos de hepatitis aguda grave en niños
La hepatitis aguda grave que afecta a menores de edad aumenta en el mundo sin que aún haya respuestas concretas sobre su origen. “En muchos casos la precede dolor abdominal, diarrea y vómito, síntomas a los que madres y padres de familia deben estar atentos”, afirmó Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
La especialista recomendó llevar a los niños al pediatra si existen esas manifestaciones -que se presentan entre una y dos semanas- al igual que ictericia (color amarillento en piel y ojos) además de un tono más oscuro en la orina y más claro en las heces fecales.
El 21 de abril se conocieron 169 casos en 11 países, incluido Estados Unidos. En nuestra nación primero se presentaron cuatro en Nuevo León (solo uno de origen desconocido), en tanto que un niño de Hidalgo falleció recientemente en la.
La universitaria explicó: la hepatitis es una inflamación del hígado, que puede ser de causa infecciosa o tóxica, derivada de ciertas sustancias. “Normalmente las hepatitis virales se manifiestan por coloración amarillenta de la piel; los pacientes de Reino Unido, además, tuvieron diarrea, vómito y dolor abdominal”.
A su vez, el director de Enseñanza del Hospital Infantil de México Federico Gómez, Sarbelio Moreno Espinosa, alertó que nos encontramos ante un agente nuevo de hepatitis de etiología desconocida, sobre el que aún nos falta aprender. “No conocemos el mecanismo exacto, pero es diferente de los virus causantes de hepatitis A (la más frecuente) B y C (que son más graves).
Sugirió estar atentos a los síntomas, ya que si se presenta falla hepática se requiere hospitalización; mantener una dieta rica en carbohidratos, y baja en grasas y proteínas, para no hacer trabajar más al hígado.
Para la población en general, los médicos recomendaron lavarse las manos frecuentemente antes y después de preparar alimentos, después de ir al baño o cuando se cambia un pañal; cubrir nariz y boca al estornudar y toser (de preferencia usar un pañuelo y desecharlo); evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos; limpiar y desinfectar juguetes y objetos que los menores se lleven a la boca, así como limpiar superficies de uso común.