Estimular el sistema inmune de mujeres gestantes genera anticuerpos protectores
El conocimiento popular corroborado por la investigación científica indica que la leche materna es el alimento ideal para recién nacidos, al proveer de elementos nutritivos necesarios para el desarrollo óptimo de los bebés; incluso, la lactancia es reconocida como la forma en que la madre transfiere a su hijo sustancias protectoras contra infecciones y alergias.
En un estudio encabezado por Leopoldo Santos Argumedo, investigador del Departamento de Biomedicina Molecular del Cinvestav, se analizaron las propiedades inmunológicas del calostro materno, definido como la primera secreción de las glándulas mamarias hasta cinco días después del parto, con el propósito de examinar su composición y la función de sus anticuerpos.
En un trabajo recientemente publicado en el European Journal of Immunology, los investigadores analizaron la presencia de anticuerpos contra la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori), presente hasta en 80 por ciento de la población mexicana, agente causal de gastritis. Para ello recolectaron el calostro de mujeres después del parto, con antecedentes de esa enfermedad durante el embarazo.
Comparando un grupo de mujeres gestantes sin manifestaciones de gastritis contra las que sí la presentaban, se buscaron anticuerpos específicos contra H. pylori en el calostro. Los resultados mostraron una correlación positiva entre quienes tenían datos sugerentes de la enfermedad y sus concentraciones de anticuerpos de clase IgA en contra de ese patógeno. Con este dato la siguiente pregunta era saber si dichos anticuerpos neutralizaban o impedían la infección de H. pylori en las células del epitelio gástrico.
Entonces se incubó una línea celular del epitelio gástrico con H. pylori, bacterias productoras de una proteína que modifica la forma de la célula descrita como “efecto colibrí, y “se encontró que si a esas células se les agregaba el calostro se impedía la acción transformante de H. pylori sobre las células, es decir, se neutralizaba dicho efecto, implicado en el desarrollo de cáncer gástrico”, sostuvo Santos Argumedo.
La importancia de esa observación radica en su utilización como un posible indicador de neutralización, porque la proteína productora del “efecto colibrí” está implicada en el desarrollo de cáncer gástrico y algunas personas con gastritis crónica, sin control o atención pueden padecer esa enfermedad oncológica.
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