Confluyen ciencia y conocimiento ancestral para preservar la medicina tradicional

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La UNAM, a través del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), y personas de origen totonaca, impulsan el proyecto de la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca, a fin de transmitir a las nuevas generaciones sus conocimientos sobre cuidado de la salud.

Hace cuatro años un grupo de abuelos y cerca de 70 médicos tradicionales se acercaron a investigadores del PUIC con la propuesta de crear, de manera conjunta, un espacio y un plan de estudios que les permitiera a los mayores transmitir sus saberes.

Para entender mejor por qué un proyecto así es tan necesario -añadió la académica- consideremos que en México abundan los asentamientos indígenas sin centros de salud o infraestructura para atender a enfermos o embarazos difíciles, de ahí que los curanderos y parteras son los primeros en responder a estas emergencias en la comunidad.

A fin de probar y mejorar lo que será el modelo educativo, se organizó el primer diplomado que inició en octubre de 2019 y concluyó en febrero de 2020, del cual se graduaron 13 jóvenes quienes recibieron lecciones de especialistas de la UNAM, de temazcaleros, parteras, rezanderos, sobadores, yerberos. Fueron instruidos en diversas artes sanatorias y reforzaron sus conocimientos en su lengua, cosmovisión y cultura. “Lo siguiente es evaluar los resultados de esta primera experiencia para aprovechar lo que funcionó, ver qué mejorar y aplicarlo en la Escuela”.

Según la OMS, la medicina tradicional es “el conjunto de conocimientos, aptitudes y prácticas basados en teorías, creencias y experiencias indígenas, sean o no explicables, usados para el mantenimiento de la salud”. Al respecto, Carolina Sánchez indicó que “como académicos-investigadores nuestra actitud ante lo no explicado es indagar hasta hallar una explicación”.

Con el objetivo de generar cada vez más documentos que respalden la validez de estas prácticas sanatorias, los investigadores, maestros y alumnos de la Pukgaltawakga Likuchu trabajan en dos manuales: uno de parteras y otro de sobadores. También en un Diccionario de la Medicina Tradicional Totonaca, que se sumará a la Biblioteca de la Medicina Tradicional.

Más que curanderos, parteras o yerberos, se considera que los jóvenes que egresarán de sus aulas serán “dialogadores de la salud”, vocablo elegido por los médicos tradicionales y guías espirituales indígenas, sin intervención de su contraparte académica.

Es preciso avanzar por ese camino, pero antes debemos evitar que dichos saberes se pierdan y la clave para lograrlo es la transmisión intergeneracional del conocimiento; eso es lo que buscamos con la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca, subrayó la académica.

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