Aumentan trastornos del sueño en escolares

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Apnea obstructiva del sueño (obstrucción intermitente del flujo de aire durante el sueño), insomnio y terrores nocturnos (episodios de gritos, miedo intenso y agitación del cuerpo), son indicadores, particularmente en población escolar, que revelan trastornos mientras duermen e inciden en la disminución de su calidad de vida, aseguró Selenne Verde Tinoco, especialista de la Clínica de Trastornos del Sueño, de la Facultad de Medicina (FM), de la UNAM.

El regreso a la “nueva normalidad” y con ello a las aulas –con profesores y compañeros de escuela–, provoca en los alumnos aumento de estrés que podría conducir al bruxismo (rechinar de dientes), porque luego de más de un año de distanciamiento físico, incluso los de nivel medio superior y superior, tienen dificultad para iniciar su sueño ya que los cambios implican adaptarse, añadió.

Dormir el número de horas necesarias y con la calidad de sueño adecuada es vital para el desarrollo integral de niños y adolescentes; sin embargo, la emergencia sanitaria trajo como resultado alta prevalencia en el cambio de la calidad del sueño, así como alteraciones en el ritmo de vida y de socialización, precisó.

Verde Tinoco expresó que la cuarentena influyó en la vida, aprendizaje y bienestar de los escolares, también alteró los patrones de sueño en adultos y menores de edad, y aún nos mantiene en un ambiente en el cual desarrollamos síntomas como ansiedad, depresión, alteraciones en el estado de ánimo, además de dificultad para despertar en el horario que solíamos hacerlo para acudir a la escuela.

Sugirió regularizar –de manera gradual– los horarios habituales, a fin de dormir a temprana hora; es decir, “si desde el viernes, sábado y domingo me acuesto 20 minutos antes de lo acostumbrado, hasta antes del anuncio de la reincorporación a la escuela o a la actividad laboral, lograremos una mejor adaptación para que el día lunes no me cueste tanto trabajo despertarme a una hora a la que me había desacostumbrado”.

Al evitar desvelarse y dormir un promedio de siete u ocho horas diarias cumpliremos con nuestra arquitectura de sueño; es decir, la suma de fases que da como resultado una noche de descanso reparador durante el cual se secreta, de manera normal, la melatonina, hormona responsable de la regulación de la vigilia y del sueño, abundó.

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