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CDMX, 9 de enero de 2019.- El Chapo Guzmán espiaba obsesivamente a al menos cincuenta personas, incluidos socios, amigos, su esposa Emma Coronel y a sus amantes. Leía sus correos electrónicos y mensajes de texto, escuchaba sus conversaciones, sabía dónde estaban.
El exencargado de comunicaciones del capo, un estudiante de ingeniería colombiano llamado Christian Rodríguez, de 32 años, testificó al jurado del proceso contra El Chapo cómo desde 2008 le ayudó a montar un sistema de espionaje.
El Chapo le pidió instalar software espía en unos 50 teléfonos de su propiedad que luego entregaba a sus allegados.
Se encontraron personalmente al menos 12 veces. Primero le ayudó a proteger todas sus comunicaciones de las autoridades y luego a espiar masivamente.
El Chapo, de 61 años, ingresaba a una página web en su computadora, ponía una clave y podía ver toda la información. También podía abrir a distancia el micrófono de los teléfonos.
“Llamaba a una persona a su extensión, hablaban, colgaba y luego llamaba por otra línea para abrir el micrófono y escuchar lo que decían de él”
El volumen de información era tan grande que El Chapo encargó a un empleado que se dedicara a escuchar y leer todas las comunicaciones de las personas espiadas y a hacerle resúmenes.
Rodríguez colabora con el FBI desde 2010. Nunca fue acusado, e incluso podría recibir una recompensa de hasta cinco millones de dólares
por información que llevó a la captura de otro jefe narco, Jorge Cifuentes, a quien también instaló su sistema de comunicaciones.
Con información de Milenio y La Vanguardia.