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CDMX, 19 de diciembre de 2018.- Los abogados de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, se encuentran frente a una situación difícil pues el equipo privado que contrató corre el riesgo de no recibir los cinco millones de dólares estimados en el costo de su defensa, además, si Guzmán es condenado y, por ende, su fortuna declarada ilícita, el dinero que los defensores reciban puede ser confiscado.
La pena mínima por los crímenes que se le imputan a El Chapo es cadena perpetua. La evidencia en manos de los fiscales viene de décadas atrás, y se compone de transacciones bancarias, fotos de propiedades y laboratorios, testimonios de cerca de 130 personas, videos y llamadas interceptadas.
En la última llamada que se reprodujo en el juicio, El Chapo negocia un cargamento de coca con un comandante de las FARC, pidiéndolo a 2 mil dólares el kilo en vez de a los 2 mil 100 que ofrecía el guerrillero.
El equipo de la defensa parece haberse encomendado a un poder peculiar: en sus oficinas de la corte había, sobre una repisa, una pequeña estatua de Jesús Malverde, sentado sobre un trono púrpura y cubierto de dinero. Apareció allí de repente, el primer día del juicio; el día cuando Jesús Zambada comenzó a dar testimonio.
A las oficinas solo entran los abogados defensores y Emma Coronel. El Chapo se encuentra en una habitación de menos de tres por tres metros donde pasa 23 horas diarias en solitario, con la única pequeña ventana tapada, sin reloj y con un foco prendido día y noche.
Con información de Milenio y Excélsior.