Luego de haber cerrado su preparación internacional con competencias en Italia y Croacia, y una última concentración en Acapulco, Guerrero, la joven tiradora Gabriela Guadalupe Rodríguez Garza aseguró que su crecimiento en los últimos meses “ha sido evidente” y se encuentra lista para emprender la madrugada de este jueves el camino a la que será su primera aventura olímpica.
La participación en Tokio de la coahuilense no solo marcará un acontecimiento histórico para el tiro deportivo mexicano, ya que después de 33 años, la modalidad skeet femenil volverá al certamen veraniego, tras la actuación de Nuria Ortiz en Seúl 1988, sino también la continuidad de un legado familiar en esta disciplina, pues la joven de 24 años cuenta con la guía de su entrenador Mauricio Flores, olímpico en Beijing 2008, y su padre, Javier Rodríguez, olímpico en Londres 2012.
Tras asegurar su lugar olímpico en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, Gabriela Rodríguez destacó que han sido dos años de mucho aprendizaje y crecimiento por lo que, destacó, se encuentra satisfecha con el trabajo realizado y lista para afrontar un reto mayor.
La pandemia por covid-19 negó la visita de espectadores extranjeros en Tokio 2020, una situación que produce “sentimientos encontrados” en la joven tiradora, pues soñaba con que su familia la acompañara en su debut y la alentara de cerca; no obstante, compartió, se lleva las palabras y el apoyo de sus seres queridos.
Gabriela Rodríguez, que entrará en acción el 24 de julio en el Campo de Tiro de Asaka, forma parte de la delegación mexicana de tiro deportivo compuesta por cinco exponentes: Alejandra Ramírez y Jorge Orozco (fosa olímpica), Edson Ramírez (rifle de aire) y José Luis Sánchez (rifle 3 posiciones), quienes irán en busca de romper la sequía de 89 años en los que México no ha logrado una medalla olímpica en esta disciplina, desde la plata obtenida por Gustavo Huet Bobadilla en la prueba de rifle en Los Ángeles 1932.