Ilse Aguilar | Acustik Noticias
El presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió que sea el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) el encargado de evaluar la pobreza para dar pie a la desaparición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Esta mañana, el primer mandatario dio su opinión en torno al Consejo, al que considero un aparato de simulación y por ello llamó a utilizar otros órganos autónomos.
No lo descartamos porque la verdad abusaron mucho. Sin beneficio, llenaron de oficinas las instituciones supuestamente autónomas, independientes, se puso de moda y existen instituciones” [sic].
En el caso de los organismos autónomos, López Obrador acusó que recibían anualmente casi dos mil millones del Presupuesto de Egresos Federales, que se utilizaba en gran medida para pagar onerosos salarios de entre 200 y 300 mil pesos mensuales a altos directivos.
López Obrador cuestionó que si el Inegi existe, por qué no realiza las funciones del Consejo Nacional señalado.
El tema del Coneval se detonó luego del nuevo nombramiento de la institución que hasta el día lunes dirigía Gonzalo Hernández Licona y que, por órdenes del Ejecutivo Federal, ahora dirige el economista José Nabor Cruz.
Días antes, el secretario ejecutivo, argumentaba en el texto ‘Por una austeridad mejor implementada: Coneval’, publicado en Animal Político, que las condiciones de los trabajadores de más bajo nivel se había precarizado, pues quienes ocupaban puestos nivel de Enlace, con sueldos de alrededor de 14 mil pesos mensuales, ganan 8 por ciento menos que en 2018.
Aseguró que la operación no podía sacarse adelante con 20 por ciento en el recorte de personal ni con los 48 millones de pesos puestos a ‘reserva’ por parte de la Secretaría de Bienestar, motivo por el que Hernández Licona hacía el llamado a llevar a cabo ‘un ejercicio de austeridad que se base en una mejor planeación’.
Entre otras instituciones que el presidente recomendó desaparecer está el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa.
Fotografía: Presidencia y El Economista