Reducen adolescentes mexicanas uso de anticonceptivos
Las relaciones sexuales esporádicas y los efectos secundarios son las razones más comunes que expresan las mujeres de 15 a 24 años para no usar métodos anticonceptivos, destacó la investigadora de El Colegio de México (COLMEX), María del Rosario Fátima Juárez Carcaño, al participar en el seminario “Procesos y actores de la población”, organizado por el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.
La investigadora explicó que, al revisar las tasas de fecundidad adolescente en el mundo, África registra los niveles más altos, seguida de América Latina. Si bien en México hay mejoras, aún la tasa es alta, pues se registran 70.6 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años.
La experta emérita del Sistema Nacional de Investigadores detalló que según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica en México, las casadas han reducido en nueve por ciento el uso de anticonceptivos, especialmente en aquellas que tienen de 15 a 19 años al pasar de 64.9 por ciento en 2014 a 55.3 por ciento, en 2018; en tanto, las solteras incrementaron poco su utilización al registrar 57.5 por ciento en 2014 y 60.5 por ciento, en 2018.
Entre las razones para no emplearlos, las solteras de ese rango de edad que argumentaron el sexo poco frecuente, pasó de 39.3 por ciento a 69.2 por ciento; las de 20 a 24 años, de 30.09 a 62.1 por ciento. El siguiente motivo son los efectos en la salud: en este caso la tasa se redujo para las jóvenes de 15 a 19 años de 13.2 por ciento en 2014, a 5.6 por ciento en 2018.
“Llama la atención los cambios que se observan en las mujeres casadas. En 2014 rara vez las casadas mencionaban como motivo las relaciones sexuales esporádicas con 11.4 por ciento, pero para 2018 este motivo aumenta fuertemente, siendo cuatro veces mayor que en el periodo anterior, con 52 por ciento”, señaló Juárez Carcaño.
Al ofrecer la charla “Tendencias de las razones del no uso de anticonceptivos entre las mujeres jóvenes y el papel de las relaciones sexuales esporádicas en México”, dijo que es sorprendente que nuestro país tenga tasas de embarazo adolescente mayores a las de Colombia, Brasil, República Dominicana, o Jamaica.
Por ello, la profesora e investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del COLMEX estimó importante que el inicio de la vida sexual sea de forma tardía para reducir los embarazos no planeados y el número de parejas sexuales; incrementar el uso de condón y anticonceptivos, además de disminuir los abortos inducidos.
Aunque en el mundo ellas han retrasado el inicio de la vida sexual, las estimaciones indican que en México -además de que es a edad más temprana- hay un millón 26 mil abortos inducidos cada año, de los cuales medio millón corresponde a adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años.
Recordó que en los años 70 del siglo pasado se transitó de una tasa de fecundidad de 7.1 hijos por mujer a dos, a mediados de los 90. El problema es que se estancó ahí y hay pocas investigaciones sobre el uso de anticonceptivos, así como de las razones del no uso de estos métodos.
La investigadora aclaró que, aunque el uso de anticonceptivos es relativamente alto, su adopción es desigual entre los grupos de edad, pues en las jóvenes la prevalencia es relativamente baja, y los embarazos no planeados siguen siendo elevados.
Con ella coincidió la maestra en Estudios de Población y Desarrollo Regional por el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias CRIM de la UNAM, Paula Mercedes Martes Camargo, quien realiza un estudio comparativo de las tasas de embarazos adolescentes en nuestra nación y Colombia.
Su trabajo “Elementos clave para el análisis de la maternidad temprana: El caso de Colombia y México” indica que en 2019 el 15 por ciento del total de nacidos vivos en nuestro país y 10 por ciento en Colombia, fueron de mujeres menores de 20 años.
La maternidad adolescente es un evento que ocurre en todos los municipios mexicanos. La principal concentración se presenta en Sonora, Chihuahua y Coahuila; mientras que en el sur es en Campeche, Guerrero y Chiapas, explicó la doctorante en El Colegio de México.
“La maternidad adolescente a nivel municipal en México se asocia con el nivel socioeconómico bajo, el porcentaje de mujeres que trabajan y el número de nacidos vivos reportados. Lo que puede explicarse por la alta concentración en municipios con bajo nivel socioeconómico. Además, se asocia con el hecho de no haberse casado nunca, de asistir actualmente a la escuela, y de tener acceso a los servicios de salud”, detalló.
Las investigadoras fueron las encargadas de cerrar el ciclo 2022 del Seminario “Procesos y actores de la población”, que reiniciará actividades en febrero de 2023.