El Inehrm charlará de la dicotomía del maguey y el pulque, una historia de larga duración

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La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), invita a la conferencia “Historia del Pulque” que se llevará a cabo de manera presencial en el Palacio de Cultura de Tlaxcala, el jueves 28 de julio a las 19:00 horas, a cargo del historiador e investigador del Inehrm, Eduardo Monroy.

Vestigios arqueológicos constatan que el pulque es la bebida alcoholica más antigua de México. El maguey, también considerado “árbol de las maravillas”, dejó huellas de haber sido domesticado 3 mil 500 antes de nuestra era.

La historia del pulque es congénita a la planta suculenta de cuyas entrañas  se extrae, en forma de aguamiel, y constituye una seña de identidad alimentaria de la cultura del pueblo mexicano.

El agave salmiana y el agave atrovirens, especies conocidas como maguey pulquero, manso o de montaña, han ocupado durante siglos la región de los Llanos de Apan, geográficamente extendida por el noreste del Estado de México hasta el sureste del estado de Hidalgo y el noroeste del estado de Tlaxcala.

Tras la llegada de los españoles, las concepciones cristianas del vino impusieron su doctrina de la dualidad del mundo y el ser humano, de la moderación y el exceso, de la templanza y la gula, y el cuerpo y la sangre de Jesús ritualizada en la Eucarestía.

Durante el periodo virreinal el consumo de pulque pasó a ser popular, promovido por las comunidades españolas, quienes propiciaron extensas zonas de cultivo de agaves de aguamiel, lo que dio origen a las famosas haciendas pulqueras, en boga en los siglos XVIII, XIX y XX, en la mencionada región de los Llanos de Apan.

Posteriormente, después de la culminación de la Independencia se reactivó el cultivo de agave y la producción de pulque. Autores como José Joaquín Fernández de Lizardi, en El Periquillo Sarniento; Guillermo Prieto, en Memorias de mis tiempos; Manuel Payno, en Los bandidos de Río Frío, y Antonio García Cubas, en Cuadros de costumbres (El cura y el pulquero) describían que el consumo popular del pulque arrebataba las tardes y las noches con tumultos, gritos y sozollos.

Durante el Porfiriato, la introducción del ferrocarril fue un parteaguas en el incremento de la producción pulquera y su distribución a centros urbanos, en el Estado de México, Puebla, Pachuca, Tlaxcala y la Ciudad de México. Con este impulso nació lo que José Vasconcelos llamó la “aristocracia pulquera”.

El interés por el pulque milenario despertó la curiosidad de los científicos del Tercer Reich. En 1936, un equipo de filmación nazi, al servicio del Instituto de Filmaciones e Imagen, Ciencia y Enseñanza del gobierno de la Alemania de Hitler, visitó México para filmar un documental sobre el pulque. Fue dirigido por el cineasta Hubert Schonger y filmado en 16 milímetros. Lo realizó en Apan con los tlachiqueros del lugar. El coleccionista mexicano Javier Gómez Marín, en 2006, recuperó una copia del material filmado.

Aquellas personas interesadas, podrán conocer más datos en el conversatorio “Historia del Pulque”, el próximo 28 de julio a las 19:00 horas, en el Palacio de Cultura de Tlaxcala, sede de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el cual se encuentra Av. Juárez No. 62, Col. Centro, Tlaxcala de Xicohténcatl.

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