En compañía de percusiones, una jarana huasteca, una leona jarocha, trompetas y un violín, el grupo de rap La Mala Mata inundó la tarde del jueves, 26 de agosto, la sede de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, en Tlaxcala.
En un concierto, organizado a través de la Fonoteca Nacional, la agrupación compartió con la audiencia una muestra de sus canciones, las cuales muestran profundo interés por la celebración de la resistencia de las y los oprimidos, la protesta contra la desigualdad y la exaltación de la identidad, el amor y la libertad.
Las audiencias pudieron disfrutar de la versatilidad y actualidad que Jenny Munguía Teutli, Víctor Eduardo Pérez Arreola, Miguel Ángel Vargas Romano y Ángel Alfredo Hermosillo, integrantes de La Mala Mata, imprimen a sus presentaciones, donde mezclan los ritmos tradicionales con géneros de la nueva cultura popular.
El concierto de La Mala Mata, que se realizó siguiendo los protocolos para el cuidado de la salud, fue filmado, a fin de compartirlo con diversas audiencias e incrementar el patrimonio sonoro de la Fonoteca Nacional, así lo comentó el director de promoción y difusión del sonido de esta institución, Emiliano Mora Barajas. “Formará parte del acervo, con el objetivo de fomentar la preservación del patrimonio documental sonoro, como marcan los ejes de trabajo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México”.
Las audiencias podrán acceder a este documento sonoro en la página de Facebook y el canal de YouTube de la Fonoteca Nacional, a partir de la segunda quincena de septiembre. De igual modo, estará disponible para su consulta en la plataforma de la Secretaría de Cultura contigoenladistancia.cultura.gob.mx.
Este concierto formó parte de la estrategia #VolverAVerte que la Secretaría de Cultura ha puesto en marcha para reactivar la vida cultural de manera presencial en todo el país; así como de la campaña Contigo en la distancia, que impulsa el derecho a la cultura. En tanto que, con la organización de eventos como este, la Fonoteca Nacional continúa con sus labores de difusión del patrimonio sonoro vivo, al tiempo que promueve la escena musical mexicana contemporánea y la descentralización de actividades.