La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural reconoció el compromiso y el trabajo de la industria porcina para contribuir a la alimentación de la población y hacer más competitivo a este sector productivo en mercados internacionales.
En la celebración del Día Mundial del Cerdo, que se conmemora cada 15 de marzo, el secretario Víctor Villalobos Arámbula participó en el evento “Visión estratégica de la industria porcina mexicana hacia el futuro”, en el que manifestó que la porcicultura mexicana se mantiene como una industria pecuaria fundamental y es clave para avanzar hacia la seguridad alimentaria de México.
Resaltó el trabajo de las autoridades y el sector porcino en acciones sanitarias y de bioseguridad para prevenir el ingreso de la peste porcina africana (PPA) y con ello evitar afectación a la piara nacional, que es de prácticamente 20 millones de animales.
Llamó a la industria a mantener buenas prácticas y una producción sustentable y responsable con el ambiente, toda vez que la carne de cerdo es un producto popular y básico en la dieta mexicana y mundial, con alto valor nutrimental, rica en proteínas y minerales, como potasio, fósforo, zinc y hierro, y en vitaminas B, B1, B3, B6 y B12.
El esfuerzo de los productores ha permitido colocar a nuestro país como el doceavo productor mundial de carne de cerdo, al contabilizar un millón 768 mil toneladas al cierre de 2023.
Esta actividad se realiza principalmente en los estados de Jalisco, Sonora, Puebla y Yucatán, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), y su producción requiere de la coordinación de la autoridad sanitaria para mantener ese dinamismo.
El presidente de la Organización de Porcicultores Mexicanos (Opormex), Heriberto Hernández Cárdenas, presentó el documento la Visión estratégica de la industria porcina mexicana 2020-2035 –elaborado de manera conjunta entre autoridades y los actores del sector—, que en ocho ejes delinea la estrategia de consumo, distribución y el posicionamiento a seguir de la carne de cerdo mexicana, con impacto directo en los productores, prioritariamente a los de pequeña escala.
Este trabajo tiene como objetivo poner rumbo y visión a la industria porcícola nacional, a través de la vinculación de pequeños, medianos y grandes productores, y está enfocado en los trabajos de mejora genética, infraestructura, reingeniería del organismo cúpula, destacó.
Trabajamos por consolidar un sentido de unidad, en el que todos los productores nos veamos como un frente empresarial unido, apuntó.
El presidente ejecutivo de la Opormex, Jorge Iván Espinosa Vázquez, detalló los ejes del documento: Gobierno corporativo y gestión; Política pública y regulación; Salud y productividad; Posicionamiento de la carne de cerdo; Sostenibilidad y bienestar animal; Integración de los productores a la cadena de valor; Integración de los agremiados e Inteligencia del sector.
El presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Juan Cortina Gallardo, destacó que México cuenta con una industria porcícola dinámica y en crecimiento, lo cual se refleja con una producción al alza y un consumo sobresaliente a nivel nacional e internacional.
El sector porcícola tiene oportunidades de crecimiento, una geografía y clima envidiables y productores de talla mundial, lo que contribuye a promover la productividad, competitividad y sustentabilidad del sector, destacó.
La presidenta del Instituto Mexicano de la Porcicultura (IMP), María Elena Trujillo Ortega, subrayó que el organismo trabaja en estrecha colaboración con la industria para avanzar en la meta de incrementar el consumo nacional de carne de cerdo y reducir las importaciones.
Para ello, agregó, el Instituto capacita a médicos veterinarios, ingenieros y otros especialistas para cumplir con la visión de la organización.
El presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), Homero García de la Llata, refrendó el apoyo del organismo a las ramas productivas pecuarias y la adopción de la Visión estratégica de la industria porcina mexicana 2020-2035.
Se pronunció por la activa participación de todos los actores de la industria y de las autoridades federales para seguir consolidando al sector porcícola y apoyar a sus integrantes, prioritariamente a los de pequeña escala.