La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural resaltó que México es el centro de origen y domesticación del maíz y es por ello que promueve proyectos de investigación científica y tecnológica para salvaguardar su riqueza genética e impulsar su producción, encaminada hacia la seguridad alimentaria del país.
En el Día Nacional del Maíz, Agricultura informó que en México se producen 64 de las 220 razas que existen en América Latina, y de ellas 59 son nativas y cinco son extranjeras. Subrayó que este grano es un símbolo en México y juega un papel trascendental en la economía nacional, cultura, gastronomía, tradiciones y alimentación, esto como resultado del trabajo de los productores, desde hace cientos de años.
Este cereal es el más sembrado a nivel nacional y el de mayor importancia por su consumo entre los mexicanos, que asciende a 346.4 kilogramos per cápita, con un alto y rico contenido en carbohidratos, proteínas y vitaminas B y E, detalló.
En la gastronomía, su preparación y degustación va desde las tortillas, tacos, tamales, panuchos, quesadilla, sopes, chalupas, tostadas, tlacoyos, chilaquiles, el pozole y hasta diferentes bebidas, como el pozol, tejate, texcalate, pinole y una gran variedad de atoles, expuso.
Ello, dijo, después de haber sido nixtamalizado, proceso que lo vuelve más nutritivo al cocerse con cal y vuelto masa, molido o fermentado para hacer todas esas preparaciones.
En 2019 se declaró el 29 de septiembre como Día Nacional del Maíz, toda vez que representa el pilar de la alimentación mexicana, una manifestación cultural de origen ancestral, un cultivo fundamental para la economía y una expresión cultural presente en las tradiciones ancestrales, mitos y leyendas fundacionales.
Entre las razas nativas de México se encuentran: Ancho, Apachito, Azul, Arrocillo, Bolita, Cacahuacintle, Chalqueño, Cónicos, Negrito, Palomeros, Comiteco, Coscomatepec, Olotillo, Olotón, Tehua, Serranos, Cristalino, Gordo, Mountain Yellow, Blando, Jala, Zamorano, Celaya, Tepecintle, Tuxpeño, Zapalote, Nal-Tel, Pepitilla, Chiquito y Ratón.
El especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Juan Manuel Hernández Casillas, afirmó que si bien el cambio climático podría afectar a los maíces nativos y mejorados, los maíces nativos tienen una amplia base genética para enfrentar con mayor eficacia este fenómeno global.
El investigador destacó que el INIFAP, es el brazo técnico-científico de la Secretaría de Agricultura y ha hecho una labor preponderante en la colecta, conservación, caracterización, clasificación y aprovechamiento de estas variedades de maíz.
Aunado a ello, el Instituto realiza trabajos de premejoramiento para buscar poblaciones con características importantes, hacer selección dentro de ellas y mantener sus cualidades, con la finalidad de ofrecer a los agricultores mejores alternativas de cultivo con maíces que conservan sus cualidades ancestrales.
Respecto al manejo y control de plagas que afectan al maíz, subrayó que éstas varían en las diferentes regiones agroclimáticas del país y la forma en que estos maíces se defienden.
Los cultivos han creado resistencia a estas plagas a través del tiempo y el agricultor selecciona los genotipos que resisten o generan un mecanismo que los evade, comentó.
Hernández Casillas expuso que se promueve el uso y los efectos de las feromonas, compuestos químicos liberados por los insectos para atraer individuos de su especie con fines de apareamiento o comunicación, de bajo impacto ambiental y que no generan resistencia en las poblaciones de insectos plaga.
Estas feromonas se pueden utilizar como herramienta de control y monitoreo dentro de los programas de manejo integrado de plagas que, combinado con métodos de control biológico, pueden disminuir el uso de plaguicidas, acentuó.
Ante ello, mencionó la importancia de monitorear los cultivos cuando son afectados por plagas, a través de la revisión periódica, para implementar estrategias de manejo efectivas, de menor daño al ambiente y que repercutan al rendimiento y calidad del cultivo.