Las lenguas originarias han basado su permanencia y transmisión de usos y costumbres en la oralidad; sin embargo, en la actualidad se están realizando distintos esfuerzos por llevar estos conocimientos a la escritura, tal es el caso del Doctor Xitákame Julio Ramírez de la Cruz, el Maestro Victoriano de la Cruz y el Doctor Amaruc Lucas Hernández, quienes participaron en el conversatorio “Lenguas Originarias, tránsito de la oralidad a la cultura escrita”, que se realizó el pasado 10 de agosto, en el Edificio Arroniz, como parte de las conmemoraciones de la Jefatura de Lengua y Literatura de la Secretaría de Cultura de Jalisco, por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Julio Ramírez de la Cruz, hablante de lengua wixárika y profesor investigador del Departamento de Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara, señaló que en la cultura wixárika, la oralidad ha sido la forma de transmisión de la lengua, la cual se habla en distintos niveles, una lengua informal, que describió como básica y para niños; el habla coloquial, que se utiliza en el día a día y el habla formal, un lenguaje hermético que se usa en rezos y cantos chamánicos, y que es difícil de entender, incluso por los hablantes del wixárika.
Amaruc Lucas Hernández, originario de la comunidad de Santa Fe de la Laguna, nativo hablante y traductor de la lengua purépecha; coincidió en que la transmisión de conocimientos y saberes en la cultura purépecha se realiza de manera oral “y en ella se sustenta parte de nuestra cultura milenaria, por lo tanto, es la base de la representación cultural de nosotros”. Y finalmente Victoriano de la Cruz, originario de Tepoxteco, Veracruz, lingüista y hablante de la lengua náhuatl, reafirmó la importancia de la oralidad en los pueblos originarios y dijo “lo ha sido todo, ha sido fundamental para la toma de decisiones religiosas, políticas, económicas y en todos los ámbitos comunicativos”.
En este contexto, los pueblos originarios y sus habitantes han enfrentado una serie de retos en el proceso de adaptación y desarrollo profesional en la cultura occidental, ya que los programas de estudio y de educación formal están diseñados en su mayoría en español, con las reglas que rigen la escritura grecolatina, lo que significa para ellos aprender una nueva lengua. Y es por esto que el trabajo de los tres panelistas ha girado en torno a la transición de su lengua materna de la oralidad a la cultura escrita.
Julio Ramírez de la Cruz, se ha dedicado a compartir sus conocimientos en gramática wixárika a profesores de educación primaria y profesores de bachillerato en la zona wixárica, aunque reconoce que el avance ha sido lento y la tarea nada fácil. Sin embargo, en distintas actividades se ha visto un avance en el sistema de escritura, su estructura, su acentuación y su apropiación. En el caso de la escritura purépecha, Amaruc Lucas Hernández, destaca el trabajo que se ha realizado desde el departamento de lenguas de la Universidad Michoacana, donde se enseña la lengua no solo en la oralidad, sino también en su versión escrita, tanto a estudiantes que desconocen la lengua, como a hablantes purépechas que necesitan reforzar o aprender a escribirla.
Otro de los esfuerzos, comenta Lucas Hernández, ha sido llevar estos cursos de la Universidad a las comunidades purépechas, donde la cantidad de estudiantes subió de un promedio de 10 que terminan el curso en la institución educativa, a cerca de 300 que decidieron hacerlo al tenerlo en su comunidad. Por último, Victoriano de la Cruz, reconoció que la lengua náhuatl y su presencia en distintos estados del país le ha ganado un desarrollo más avanzado que el de otras lenguas, e incluso habló de la existencia de tesis escritas en náhuatl, literatura mono-lingüística y distintos cursos para nahua-hablantes y para quienes deciden estudiar está como una lengua extra.
La importancia de trabajos como estos, destaca Lucas Hernández, es el de la preservación “lamentablemente está la idea de que si no tenemos documentos escritos, se va a perder nuestra lengua, desgraciadamente una visión sobre las lenguas originarias, es que se van a perder y nosotros tenemos que evitar que estas lenguas que nosotros hablamos se acaben, por eso es importante escribir, dejar huella, para que las nuevas generaciones puedan aprender, para que estas lenguas no se acaben”.