Ricardo Monreal presentó este miércoles sus propuestas para fortalecer la seguridad pública, “construir un país donde podamos vivir a salvo del crimen, donde nuestros hijos puedan salir a la calle sin verse amenazados” y en el que nadie esté al margen de la ley.
En el Colegio de México, el doctor reconoció que nuestro país “está herido”, pues la inseguridad que prevalece, cuando menos, desde hace dos décadas, ha lastimado nuestra convivencia y mermado nuestra tranquilidad.
Dijo que, a pesar de los esfuerzos realizados en la actual administración, este problema continúa como una asignatura pendiente, por lo que es necesario reconocerlo, enfrentarlo y resolverlo.
Monreal enfatizó que la primera herramienta para enfrentar a la delincuencia es la prevención, combatir sus causas, atender la pobreza y la marginación social; por ello, acotó, hay que mantener e incluso ampliar los programas sociales, pero dotarlos de reglas de operación más claras, que aseguren que los recursos llegarán a las personas que los necesitan.
Pero además, agregó, se requiere fomentar la movilidad social, por eso es indispensable crear y mejorar las condiciones para la inversión y la generación de empleos bien remunerados y dignos.
“Menos pobreza y marginación, mayor inclusión social y mayor crecimiento económico, son cuatro columnas para lanzar una sociedad más equilibrada y menos vulnerable”, expresó.
Además, consideró indispensable que todos los recursos del Estado mexicano, disponibles para seguridad, sean utilizados para establecer el orden, imponer la vigencia de la ley en cada metro cuadrado del territorio nacional, para establecer “cero tolerancia a la delincuencia”.
Para combatir al crimen, subrayó, no hay que delinquir, pero sí actuar con firmeza y apego a nuestro marco jurídico, “donde los delincuentes apliquen la fuerza, ahí donde ellos hacen de su fuerza su derecho, el Estado debe de intervenir, porque su derecho no es matar ni violar ni cometer delitos, es más, no es derecho, es una conducta antijurídica”.
Ricardo Monreal aseveró que la segunda herramienta para cumplir con este propósito es la intervención de la Fuerza Armada permanente, de la Guardia Nacional, las policías estatales y municipales, bajo una estrategia acorde con el respeto de los derechos humanos.
Agregó que es necesario contar con un diagnóstico en cada región e intensificar la actividad de inteligencia, para actuar con precisión, así como un estudio de inteligencia financiera para debilitar el poder económico de las bandas.
Todo ello, precisó, debe estar acompañado de mayor presencia de la Guardia Nacional y de las fuerzas policiales, con protocolos precisos y eficaces, así como asegurar el debido proceso mediante la capacitación y el reconocimiento a los servidores públicos que lo realizan bien.
En general, dijo, se tiene que reconstruir el tejido social, pero particularmente en los lugares donde la delincuencia ha tomado el control ante la ausencia de las autoridades y han incidido para romper la estructura social e imponer la suya.
“La pobreza y la ignorancia propician que las mafias se presenten como benefactores, otorgando despensas, salarios y ofreciendo, paradójicamente, seguridad, ofrecen seguridad los delincuentes”.
Propuso que en los centros turísticos se implementen propuestas específicas, en coordinación con autoridades estatales y municipales, pero también escuchando a los empresarios del ramo, “pues no debemos olvidar que el turismo representa un importante ingreso, después de las remesas y el petróleo”.