“Chikoo: El niño que no quería ser perro” plantea el reconocimiento de las diferencias y la otredad

Chikoo: El niño que no quería ser perro es una puesta en escena que cuenta la historia de un niño que vive en un bosque, en donde niñas y niños deben aprender a ser perros para que al crecer puedan convertirse en grandes lobos. Al descubrir que él no quiere ser uno, sus padres se alarman y lo envían a la manada de entrenamiento dirigida por el Viejo lobo, porque los niños no pueden desear ser algo distinto a lo que se supone que deben ser. Allí Chikoo, en compañía de Tachi, descubrirá lo que realmente significa ser un perro, y todas las posibilidades que hay más allá de perseguir su cola, ladrar, cazar y lamerse.

La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Programa de Teatro para niñas, niños y jóvenes de la Coordinación Nacional de Teatro y la compañía La maleta teatro presentan Chikoo: El niño que no quería ser perro, con dramaturgia y dirección de Oscar Reyes. Las interpretaciones están a cargo de Centli García, Adalia Sarmiento, Gustavo Merino, Grecia Melo y Deivin Uriel Viveros.

Esta obra apuesta por los títeres como recurso narrativo y poético. A través de ellos se plantea la existencia de dos universos dentro de la historia: el de los perros y el de aquellos que no lo quieren ser.

La puesta en escena ofrecerá cuatro funciones como parte del Ciclo Nuestras Latitudes, del 28 al 30 de julio; viernes a las 11:00 y 13:00 horas, y sábado y domingo a las 12:30 horas en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández del Centro Cultural del Bosque.

Con este espectáculo, el dramaturgo y director Oscar Reyes pretende provocar emociones en las y los espectadores, además de motivar la reflexión por medio de la risa y el llanto. “Con esta obra busco llegar al público como un abrazo que invite a aprender a entender las diferencias entre las personas —en todas sus formas—, a no juzgarlas, a entender que existe y siempre ha existido la otredad; porque en la medida en que lo hagamos descubriremos que, al final de cuentas, todos somos distintos de una u otra manera”.

Detalló que Chikoo es una obra que habla de la otredad y de las diferencias, y no solo de personas de la comunidad LGBTQ+, sino de cualquiera que alguna vez se haya sentido rechazado u obligado a encajar en un molde. Busca promover el respeto, la tolerancia, aceptar la individualidad y dejar de lastimar a los demás por algo tan banal. “Queremos destacar que la identidad de género y la orientación sexual, y más allá de eso, los gustos u otras características, son solo una pequeña parte de lo que nos construye como personas, porque somos más que eso, y eso que nos ha definido como un todo por años es tan solo una pieza más de un rompecabezas más grande”, finalizó el autor y director.

Este proyecto artístico tiene el diseño visual de Oscar Reyes Uscanga, la musicalización de Mathias Lautz Boullosa, la construcción de títeres estuvo a cargo de Centli Abigail García Méndez, la construcción de máscaras y utilería fue de Adalia Sarmiento Rojas; el diseño de cartel y apoyo en diseño visual, de Laura Badillo Jiménez; el diseño de iluminación es de David Adrián Acosta Granados, la construcción de escenografía y mecanismos de máscaras, de Joel González Vázquez; la confección de vestuarios fue de Yanet y Selene Condado Viveros, mientras que la producción ejecutiva es de David Ike.

 

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