Debido a que la mayoría de los padecimientos de la tiroides no se pueden prevenir, pero afectan de manera muy importante la calidad de vida de las personas, especialistas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) difunden su importancia y signos de alerta para solicitar atención médica, con el propósito de brindar diagnóstico y tratamiento oportuno.
La endocrinóloga con alta especialidad en enfermedades tiroideas del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, Adriana Balderrama Soto, indicó que la glándula tiroides se ubica en la parte anterior del cuello y produce hormonas como la tiroxina (80 por ciento) y triyodotironina (20 por ciento), fundamentales para regular el metabolismo y funcionamiento de todo el organismo, como el corazón, riñón y neuronas.
Con motivo del Día Mundial de la Tiroides, que se conmemora el 25 de mayo, la especialista señaló que el hipotiroidismo, caracterizado por la baja producción de hormonas, es la causa más frecuente de enfermedad en esta glándula y afecta entre dos y cinco por ciento de la población. También hay una variable denominada hipotiroidismo subclínico que afecta a 10 por ciento de las personas en México.
“Tener estas hormonas por debajo de su requerimiento es como tener las pilas bajas. Entonces, nuestro funcionamiento va a ser más lento, nos podemos sentir muy cansados, con sueño, con olvidos, tener dificultad para concentrarnos, incremento de peso, intolerancia al frío y caída de cabello.”
Caso contrario, aclaró, cuando se tiene hipertiroidismo, producción excesiva de esta sustancia —que se presenta en menos de uno por ciento de la población—, las y los pacientes están acelerados, presentan pérdida de peso, ansiedad, insomnio, taquicardia e intolerancia al calor.
La tiroides puede enfermar en su estructura y crecer; es algo que nosotros le llamamos bocio, puntualizó Balderrama Soto. Cuando aumenta su tamaño, puede causar nódulos, en su mayoría benignos, aunque también puede producirse cáncer; de ahí la importancia de estudiar cada caso.
Ante este panorama, la especialista recomendó que, si se presentan de manera persistente los síntomas referidos, en especial las mujeres mayores de 40 años —en quienes se observan estas enfermedades mayor frecuencia— acudan a consulta médica para una revisión clínica general, les exploren el cuello y, en caso de encontrar algún nódulo, les manden hacer un ultrasonido y estudios de laboratorio.
Las enfermedades de la tiroides deterioran la calidad de vida cuando no reciben el tratamiento adecuado. Por ello, en el Issste difundimos sus manifestaciones con el propósito de que los derechohabientes acudan a sus unidades médicas a tiempo para hacer un diagnóstico oportuno y reciban los tratamientos indicados, concluyó.