Además de la vastedad del legado arqueológico, histórico y de las manifestaciones inmateriales de las comunidades, el patrimonio cultural también se integra por evidencias paleontológicas, las cuales permiten abrir ventanas de millones de años hacia el pasado, a fin de reconstruir el medioambiente y la vida en el territorio que hoy ocupa México. La exposición Un Consejo para la paleontología mexicana, montada en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) por la Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explica qué es el patrimonio paleontológico, cómo se registra, recupera, protege y estudia.
Mediante infografías y 11 réplicas de fósiles, entre las que se encuentra un molar de gonfoterio datado en el periodo Plioceno Tardío (5.3 a 2.6 millones de años antes del presente) y un camarón de hace 98 millones de años, fechado en el Cretácico Tardío, cuyos originales se hallaron en el estado de Hidalgo, se busca despertar el interés del público hacia el patrimonio fósil y su cuidado, así como dar a conocer el papel del INAH en la protección y conservación del mismo.
La exhibición, inaugurada por la directora del MNCM, Alejandra Gómez Colorado, y la presidenta del Consejo de Paleontología del INAH, Felisa Aguilar Arellano, despliega un lenguaje ameno, a la vez que integra imágenes y anécdotas referentes a esta temática. Entre estas historias, comentó Aguilar Arellano, se cuenta la del hallazgo registrado en 2010, en Uruétaro, Michoacán, donde un poblador que había soñado encontrar oro debajo de un huizache, se dispuso a cavar con la ayuda de un compadre.
Y aunque la persona no halló un “tesoro”, en el sentido monetario, el reporte que hizo a los paleontólogos permitió ubicar fósiles con una antigüedad aproximada de tres millones de años, destacando el caso de tres rincoterios, parientes lejanos de los elefantes modernos.
Asimismo, se aborda la historia de una ballena barbada, identificada por el INAH en 2016, dentro de la comunidad de Punta Maldonado, en el municipio guerrerense de Cuajinicuilapa, cuyo fósil, el cual requirió año y medio para su cuidadoso rescate, se volvió punto de interés y atrajo a más de cuatro mil visitantes al pueblo, y motivó la organización de diversas charlas informativas para el público local.
Como parte de la apertura de la exposición temporal, el investigador del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y vocal del Consejo de Paleontología del INAH, Marcelo Aguilar Piña, ofreció la conferencia La importancia de la micropaleontología en el IMP. El biólogo ahondó cómo esta rama de la paleontología, abocada al estudio de fósiles de organismos cuyas dimensiones van desde micras hasta máximo 20 centímetros, “constituye un libro abierto para entender la evolución de las cuencas sedimentarias y la historia de la vida en la Tierra”.
Asimismo, destacó la aplicabilidad de esta disciplina en industrias como la energética, como en el caso de la cadena de valor del petróleo, donde los estudios de micropaleontología ayudan a determinar, con base en las características observadas en los fósiles, si es factible o no extraer hidrocarburos en un sitio determinado. La exposición Un Consejo para la paleontología mexicana permanecerá en el MNCM (calle Moneda No. 13, Centro Histórico de la Ciudad de México) hasta septiembre de 2023. Horario: martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas. Entrada libre.