Desde los muros del Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), los cuales pertenecieron a palacios mexicas en tiempos prehispánicos, a una casa de moneda en la época virreinal y fueron el punto de su origen como el organismo dedicado a la protección, investigación y difusión del patrimonio cultural de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) celebró la noche de ayer su octogésimo cuarto aniversario.
A más de ocho décadas desde su génesis institucional en el cardenismo, el INAH es hoy una dependencia que, gracias a la labor de sus investigadoras, investigadores, trabajadoras y trabajadores, se ha ganado “prestigio, credibilidad y confianza”, no solo con autoridades de los tres órdenes de gobierno, sino de manera especial, “de las comunidades y colectivos que luchan día a día por hacerse oír y por el pleno reconocimiento de sus derechos”, destacó el titular de la institución, Diego Prieto Hernández.
Acompañado del director general de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, Arturo Balandrano Campos, con la representación de la encargada de la política cultural del país, Alejandra Frausto Guerrero, el antropólogo manifestó que, de cara al futuro, el INAH tiene la tarea fundamental de permanecer a la altura de los desafíos del México contemporáneo.
“Los cambios que acontecen en nuestro país requieren una institución que combine talento y disposición de servicio, pensamiento crítico y capacidad de análisis, tradición e innovación, la recuperación de las enseñanzas de nuestros maestros con la habilidad creativa de hacer frente a realidades complejas y cambiantes”, declaró.
En su oportunidad, tras manifestar las felicitaciones de la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, y del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, Balandrano Campos reconoció que si el INAH es hoy un baluarte de la cultura y de la memoria de México, lo es gracias a todas las personas, entre las y los arqueólogos, restauradores, museógrafos, custodios, asesores educativos y personal en general que lo integran.
Con la presencia de la exdirectora general del instituto, María Teresa Franco González Salas; los secretarios técnico y administrativo del INAH, José Luis Perea González y Pedro Velázquez Beltrán; la coordinadora nacional de Difusión, Beatriz Quintanar Hinojosa, y la directora del MNCM, Alejandra Gómez Colorado, se entregaron reconocimientos a colaboradores del instituto, entre ellos, el restaurador Jaime Cama Villafranca, adscrito al INAH desde 1961.
En la ceremonia también se brindó un homenaje a la investigadora del Centro INAH Michoacán, Aída Castilleja González, abocada al estudio de las comunidades indígenas y del patrimonio biocultural; así como a la gestora y divulgadora cultural del Museo Nacional de Antropología, Guadalupe Amaya López Parra.
También, aunque no estuvieron físicamente, se enviaron felicitaciones y galardones a Roberto Gallegos Ruiz, arqueólogo especialista en culturas prehispánicas como la mixteca y la teotihuacana, y a Ignacio González González, quien desde 1968 se ha desempeñado como custodio de la Zona Arqueológica de San Lorenzo Tenochtitlan, en Veracruz.
“Al cabo de estos 84 años, todo ha cambiado: los estudios, los investigadores, el conocimiento, la vida misma. Y en ella, el INAH, a través de sus generaciones ha aprendido que todo se interactúa y se complementa. Ha confirmado que el patrimonio solo se concreta cuando adquiere significado y sentido en la imaginación, identidad y conocimiento de los niños, hombres, mujeres, ancianos, estudiosos y comunidades que lo recrean cotidianamente”, apuntó el antropólogo José Luis Perea.
Como epílogo de la celebración, amenizada por los tradicionales tamales del Día de la Candelaria y la música del trío huasteco Eyixochitl, las autoridades del instituto reafirmaron el deseo de que, hacia los próximos años, el INAH continúe compaginando sus tareas fundamentales de protección, conservación, investigación, difusión y formación de especialistas vinculados al patrimonio, con la continua construcción de un país más justo, incluyente, plural y democrático, como marcan los ejes de trabajo de la Secretaría de Gobierno de México.