En el marco de la apertura de Limbo óptico. Capítulo dos: falso movimiento, exposición temporal de Daniel Monroy Cuevas en el Laboratorio Arte Alameda, se presentó Limbo inaudible, concierto performático de experimentación sonora e improvisación, a cargo de la percusionista Carla González CiYi y el artista Enrique Arriaga.
Los fenómenos inaudibles, el espectro sonoro que no podemos escuchar, pero que está presente en nuestro entorno, así como el concepto de limbo, ese espacio ubicado en ningún sitio, son los puntos de partida para Limbo inaudible. Este performance sonoro se desprende de la exposición de Daniel Monroy, utilizando elementos que aparecen en su imagen de video: palomitas de maíz, cristales rotos y una escalera, como fuentes de sonido.
Carla González y Enrique Arriaga hacen uso de estos elementos para procesarlos a través de la síntesis modular y generar sonidos como los que aparecen en el video. Una parte de la escalera funciona como instrumento de percusión activado por CiYi, que, en coordinación con la manipulación de los vidrios y las palomitas, generan un ambiente onírico, en un performance cíclico experimental.
“La idea es explorar las posibilidades sonoras de estos materiales que comúnmente no se utilizan para generar sonidos, a través de estos procesos de síntesis, combinados con elementos como un paisaje sonoro y una estática manipulada en tiempo real”, comentó Enrique Arriaga.
Como el título del performance lo expresa, el público que se dio cita en el LAA pudo experimentar los límites de lo audible, lo que se puede traducir en una experiencia sensorial y estética intensa.
“Es necesario detenerse a escuchar y percibir las cualidades de los sonidos y abrirse a una nueva dimensión, como cuando observas a través de un microscopio y empiezas a ver más allá de lo que te permite el ojo. Son mundos que no percibimos pero que están ahí todo el tiempo. En el caso de los sonidos, al procesarlos se transforman y se convierten en escenarios de situaciones inauditas, en una marea de sonidos que, al mismo tiempo, revelan objetos y espacios que no existían, hasta que se empiezan a captar”, señaló Arriaga.
A partir de la experimentación con el tiempo y el espacio, Limbo óptico —proyecto comisionado para el LAA— se transforma en el transcurso de la exposición al dividirse en tres capítulos presentados consecutivamente. En este segundo momento expositivo se fractura lo que fue una sola pantalla en dos proyecciones a muro, sobre las cuales se presenta de nuevo el material filmado en esta misma sala. Limbo óptico Capítulo dos: Falso movimiento, podrá ser apreciada por el público hasta el 19 de febrero en el LAA.