La Universidad Nacional Autónoma de México participará con el Observatorio Nacional de Radioastronomía de los Estados Unidos (NRAO, por sus siglas en inglés) en el proyecto del ngVLA (next generation Very Large Array), que será el radiotelescopio más potente del mundo.
El rector Enrique Graue Wiechers signó un Memorando de Entendimiento con el director del NRAO y del proyecto ngVLA, Anthony Beasley, con lo cual esta casa de estudios se constituye en el primer socio internacional que formaliza la colaboración durante los próximos dos años con esta iniciativa.
El coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, William Lee Alardín, explicó que este Observatorio estará conformado por más de 240 antenas, distribuidas principalmente en el sur de Estados Unidos –Arizona, Nuevo México y Texas– y algunas se localizarán en el norte de México. El proyecto será liderado en nuestro país por el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) de la Universidad Nacional.
Durante la firma del acuerdo, en la Torre de Rectoría, Graue Wiechers destacó que se espera que este proyecto sea inspiración para una nueva generación de radioastrónomos.
Con él coincidió Anthony Beasley quien manifestó que este nuevo observatorio de ondas de radio tendrá el potencial de visualizar la formación de exoplanetas, así como detectar las primeras galaxias que se formaron en el Universo, además se podrá estudiar mejor los agujeros negros.
Ciencia de frontera
Lee Alardín también refirió que el conjunto de antenas del ngVLA le dará gran sensibilidad, resolución y capacidad de discernir detalles de las imágenes que capte.
“Permitirá observar con 10 veces mayor sensibilidad y resolución los objetos en el cielo. El potencial de descubrimiento científico es enorme para una variedad de temas que tienen que ver con exoplanetas, planetas alrededor de otras estrellas, los procesos de formación estelar, y de formación y evolución de galaxias, entre otras”. Es decir, facilitará hacer ciencia de frontera para los próximos 30 años, remarcó.
Actualmente, el proyecto está en las etapas de definición y diseño. El objetivo es que su construcción inicie en 2025 y dure aproximadamente 10 años. Sin embargo, empezará a funcionar científicamente antes de 2035.
En tanto, el director del IRyA, Luis Alberto Zapata González, añadió que algunas de estas antenas podrían ubicarse en estados como Chihuahua, Sonora y Coahuila. “Se está planeando que sean alrededor de siete antenas las que se localicen en México”.
“Se tiene planeado que la primera antena, el prototipo que se va a utilizar, se tenga en el 2023 y en los siguientes años colocarlas tanto en Estados Unidos como en México”, abundó.
En la firma del Memorando estuvo también la investigadora emérita del IRyA, Estela Susana Lizano Soberón, así como investigadores de ese Instituto y autoridades del NRAO.