Personal de la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México, inició la plantación de 245 mil flores de nochebuena como parte de las fiestas decembrinas en siete vialidades de la Red Vial Primaria, ubicadas en las Alcaldías Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tlalpan y Venustiano Carranza.
Las nochebuenas son plantadas en camellones de las siguientes vialidades primarias: Avenida Paseo de la Reforma, Canal de Miramontes, Viaducto Río Becerra, Periférico Sur, Eje 6 Sur, Avenida Chapultepec, Avenida 8, así como en el Sendero Seguro Renato Leduc, con lo que se cubren en total 32.26 kilómetros.
Este año participan en la plantación de nochebuenas 374 trabajadores (224 hombres y 150 hombres) del Gobierno de la Ciudad de México.
Las nochebuenas provienen de viveros de la Alcaldía Xochimilco cuyos productores, desde comienzo del año, planean el cultivo de la planta para asegurar su abastecimiento en las cantidades y tiempos requeridos en la temporada de fin de año.
Esta planta de la nochebuena es usada en México, América Latina y en muchos países del mundo en las tradicionales fiestas navideñas. Se trata de una especie nativa del país y es una de las plantas ornamentales más icónicas y una contribución de México a la horticultura del mundo.
Esta flor es muy atractiva por sus grandes hojas rojas, que muchas veces son confundidas con pétalos, pero en realidad son brácteas rojas, hojas modificadas, cuya función es atraer a los polinizadores y proteger a las pequeñas flores de color amarillo que se ubican en el centro de la planta.
Los mexicas la llamaban cuetlaxóchitl, que en náhuatl significa “flor que se marchita” o “flor de pétalos de cuero”, y extraían los pigmentos rojos de esta planta para teñir textiles y el látex o savia lechosa se utilizaba como medicina para curar fiebres.
La nochebuena, que es una especie referida en el Códice Florentino y citada en la Historia de las Plantas de Nueva España, del médico y botánico español Francisco Hernández de Toledo; fue enviada, por el diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett, de Taxco, Guerrero, al Jardín Botánico Bartram, donde la cultivaron y exhibieron en 1829. Posteriormente, la nochebuena fue introducida a Europa y luego al resto del mundo.