Se espera que la capa de ozono del Ártico y de las latitudes medias del hemisferio norte se recupere completamente en 2035 aproximadamente, seguido por las latitudes medias del hemisferio sur, a mediados de siglo, y de la región Antártida para 2060.
“La evaluación científica más reciente sobre el agotamiento del ozono conducida por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente muestra que, en algunas partes de la estratosfera, la capa de ozono se ha recuperado a un ritmo del uno al tres por ciento por década desde el año 2000”, señala Telma Castro Romero, integrante del Grupo de Aerosoles Atmosféricos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
También explica que gracias a su recuperación y a la protección que brinda contra la radiación ultravioleta proveniente del Sol, “en un alto porcentaje está asegurada la vida como la conocemos, aunque no lo sabemos respecto a otros fenómenos, como el cambio climático”.
Con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono –que se celebra el 16 de septiembre–, el cual fue proclamado en 1994 por la Asamblea General de Naciones Unidas en conmemoración de la fecha de la firma del Protocolo de Montreal sobre sustancias que la dañan, en 1987, quien fuera directora del entonces Centro de Ciencias de la Atmósfera explica que el ozono es un gas que está de manera permanente en la atmósfera de la Tierra y su mayor concentración se ubica en la estratosfera.
México y sus contribuciones.
México, menciona la universitaria, fue uno de los primeros países en firmar el Protocolo de Montreal y el primero en ratificarlo. De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, nuestro país “ha desarrollado más de 100 proyectos en los sectores de refrigeración industrial y doméstica, espumas, aerosoles, sistemas de enfriamiento centrífugo, halones, asistencia técnica y capacitación, entre otros, para reducir su consumo de substancias agotadoras de la capa de ozono, y hoy en día todos los refrigerantes domésticos y comerciales, así como los productos en aerosol producidos en México se encuentran libres de clorofluorocarbonos CFC’s”.
El uso generalizado de los CFC’s dañó considerablemente la capa de ozono que rodea la atmósfera terrestre, lo que llevó a la formación del agujero todavía presente, refiriere la científica universitaria.