En el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la UNAM, la física María Cristina Piña Barba y sus colaboradores desarrollan biomateriales de tercera generación que se insertan en pacientes y ayudan en la regeneración de huesos y tejidos humanos.
Estos proyectos son parte de la medicina regenerativa, que ha pasado de sustituir y reparar, con materiales de dos generaciones anteriores, a regenerar y sustituir huesos y tejidos de hígado, piel, vías biliares y urinarias.
Mediante pequeñas estructuras porosas llamadas andamios moleculares, que se producen en laboratorio y son fabricadas a partir de colágeno, hueso de bovino y biopolímeros, Piña Barba y su grupo pueden también reparar o reemplazar (parcial o totalmente) cartílago, válvulas cardiacas y vejiga. Además se han probado en tráquea, hígado y corazón.
Hasta ahora, elaboran “esponjas de colágeno” para sustituir hígado, vías biliares y urinarias, piel y para uso como andamios celulares. Para los de tipo moleculares utilizan la impresión 3D y realizan pruebas en colaboración con los institutos nacionales de Rehabilitación y de Enfermedades Respiratorias, a fin de probarlos en humanos.
La universitaria participó con una conferencia a distancia en el Seminario del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional, donde explicó que la reparación del cuerpo humano tiene dos vías:
La aproximación biónica, que utiliza biomateriales de primera y segunda generación para fabricar prótesis e implantes útiles para todas las especialidades clínicas; y la aproximación de medicina regenerativa, que incluye ingeniería de tejidos y utiliza biomateriales de tercera generación.