Ayer se cometió un acto de traición a México por parte de un grupo de legisladores que, en vez de defender los intereses del pueblo, se convirtieron en francos defensores de empresas extranjeras que se dedican a robar, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al considerar lamentable la votación de 223 legisladores en contra de la reforma eléctrica —275 a favor—, el primer mandatario recordó que no es de extrañarse, puesto que del mismo modo ha sucedido durante otros momentos de la historia en que los conservadores han apoyado intereses extranjeros en contra del interés nacional.
“Decirle a la gente que no hay nada que temer, que actuamos de manera preventiva, que ya sabíamos que podía haber traiciones y que son muy fuertes los intereses de quienes dominan el sector energético.”
Al mismo tiempo, afirmó que se trata de un triunfo para la democracia porque demuestra que vivimos en un auténtico Estado de derecho donde no hay un presidente autoritario; que no hay corrupción y que se garantizan las libertades. Igualmente, enfatizó que es un triunfo de la política porque se avanza en el combate a la simulación.
“Claro, se pudo evitar si actuábamos como lo hicieron en 2013, que compraron los votos; obtuvieron mayoría absoluta, no hubo oposición porque repartieron dinero. Si nosotros hubiésemos hecho lo mismo, pues hubiésemos contado con la mayoría. Pero no somos iguales.”
Destacó que una de las lecciones históricas que deja este momento de definición es que durante mucho tiempo no se había rechazado una iniciativa del presidente y, en segundo término, que este gobierno no tuvo la intención de comprar a nadie.
