La existencia de una banca central latinoamericana daría a la región la oportunidad de reducir drásticamente la fuga de capitales y los montos de liquidez que tienen los países en las naciones del norte, que podrían recuperarse y tener funcionalidades para la integración financiera de la zona.
“Esto es posible, deseable e imperativo; sin embargo, los obstáculos a derrotar son los grandes intereses de los megabancos”, afirmó Andrés Arauz, de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
En la conferencia “Sistema de pagos, fuga de capitales e integración financiera regional en América Latina”, organizada por el Instituto de Investigaciones Económicas, señaló:
México es el país de AL con más capitales en el exterior: a diciembre de 2018 tenía 117 mil millones de dólares; seguido por Brasil, con 74.7 mil millones de dólares; y Panamá, 54 mil millones (porque el resto de latinoamericanos se disfrazan de empresas panameñas para sacar dinero); Venezuela también tiene un gran problema de fuga de capitales.
Ante ello, dijo, la alternativa es la integración financiera regional. Los europeos enfrentaban el mismo problema: tenían a Estados Unidos como principal contraparte para sus transacciones intraeuropeas; dijeron basta y crearon el sistema Target, que permitió hacer transacciones dentro de sus bancos centrales.
Del total de fugados de América Latina, 60 por ciento está en el vecino país del norte; y de los no financieros, es decir, de personas, familias o empresas, 85 por ciento se ubica en este territorio.
El caso de México es interesante: aproximadamente 120 mil millones de dólares del sector financiero fugados, incluyendo 40 mil millones del sector no financiero, de acuerdo con lo que revelan las estadísticas; así que esas cifras hay que multiplicarlas por dos, tres o cuatro veces, no lo sabemos, por la opacidad de los capitales en el exterior, expuso Andrés Arauz.
Podemos crear una figura, una especie de banca central latinoamericana que ejecute y liquide las transacciones que se realicen en la región, mediante el acuerdo político, técnico y económico de ubicar en la cúspide de la jerarquía monetaria latinoamericana a esta institución de integración financiera, propuso el experto.
Al comentar la conferencia, Jonathan Badillo Reguera, del Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM, subrayó que los cuatro grandes conglomerados o variables explicativas que dan cuenta de la integración regional en AL son: infraestructura, integración política, forma de armonizar los diferentes modelos de desarrollo económico, y la financiación para promover la incorporación.