Se celebrará en Quito, Ecuador, la 37ª edición de la Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la que el eje principal de este año es transformar los sistemas alimentarios de América Latina y el Caribe para volverlos más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
El evento contará con la participación de todas las naciones de la región para que en conjunto se busque un cambio ante uno de los escenarios más complejos vividos durante las últimas décadas: los efectos del cambio climático sobre la agricultura y el acelerado aumento en los precios de los alimentos y fertilizantes, agravado por la guerra en Ucrania.
La pandemia de COVID-19 provocó que en un solo año 22 millones de personas cayeran en condiciones de pobreza, obligándolas a adquirir alimentos de peor calidad por la disminución de sus ingresos, además de que una cuarta parte de la población de América Latina y el Caribe vive en condiciones de inseguridad alimentaria, aseguró la FAO.
La importancia de superar esta difícil situación regional trasciende sus fronteras, ya que la agricultura de América Latina y el Caribe es la mayor exportadora neta de alimentos del mundo.
Julio Berdegué, representante regional del organismo, destacó que la Conferencia llega en el momento justo para que todas las naciones participantes compartan innovaciones, avancen en el fortalecimiento de sus sistemas alimentarios y se llegue a acuerdos.
“Lo que ocurre en esta región afecta a todo el mundo. Los pasos que demos durante la Conferencia para mejorar la producción, nutrición, el medioambiente y la vida de nuestros habitantes van a afectar el futuro del mundo, y abrir el camino que otros seguirán”, subrayo.