El nuevo Marco Curricular para la Educación Básica debe ser concebido como una ruta que permita replantear lo que hasta ahora se ha hecho en el sistema escolar, para construir de manera colectiva otra forma de trabajo en la escuela, donde importe el sujeto de aprendizaje y su desarrollo, expusieron especialistas en la materia de diversas instituciones.
El director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), Hugo Casanova Cardiel, señaló que el planteamiento pedagógico más acabado ofrece la reorientación del rumbo de la educación nacional en su nivel básico, empero “ha tardado en llegar”.
El universitario se cuestionó si la aprobación del nuevo proyecto será suficiente para que el profesorado trabaje con un nuevo formato, y cómo se logrará la formación que requieren para ello.
Durante el foro “El nuevo Marco Curricular para la Educación Básica a debate”, el investigador emérito de la Universidad Nacional y también profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Ángel Díaz Barriga, consideró que se trata de un proyecto que reclama cambiar la mentalidad de alumnos, maestros, directivos, jefes de sector, supervisores, y transformar de forma radical los planes de estudio de las escuelas normales.
La secretaria general de esa entidad académica, Yazmín Cuevas Cajiga, se pronunció a favor de fortalecer la propuesta y probarla con expertos y maestros. Desde 2002, abundó, se han hecho reformas pero con el sello de una gestión específica; este ha sido el signo de las últimas cuatro reformas curriculares.
Para Catalina Inclán Espinosa, integrante del IISUE y profesora de esa entidad académica, una reforma curricular “no implica una modificación sustantiva de las prácticas, sino un cambio en los formatos de presentación”. Una estructura curricular se enlaza, entre otros aspectos, con perfiles profesionales, con criterios e indicadores para el ingreso, permanencia y promoción de docentes.