Pesca ribereña y acuacultura, claves en el combate a la pobreza y en atender la seguridad alimentaria

En México, la pesca ribereña y la acuacultura juegan un papel clave en el combate a la pobreza, en ofrecer alimentos nutritivos y a bajo costo a la población, en avanzar hacia la seguridad alimentaria del país y en el manejo sustentable de los recursos pesqueros, aunque también hay retos y oportunidades para avanzar, resaltaron investigadores y académicos universitarios.

En el marco del evento virtual Nuestra Riqueza: la pesca y la acuacultura, organizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la experta del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, Juana López Martínez, resaltó que México se ubica en el lugar 15 de producción pesquera a nivel mundial, con un promedio de 1.75 millones de toneladas.

En particular, dijo, la pesca ribereña o artesanal representa un aporte fundamental a la soberanía alimentaria y a la economía del país, ya que genera cerca de 350 mil empleos directos, además de los derivados por actividades conexas, y contribuye con alrededor de 800 mil toneladas de productos marinos. Dos de cada cinco pescados que se consumen en México provienen de ella, observó.

Señaló que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), puede ser un factor de cambio en numerosas comunidades costeras y tener un papel clave en el combate a la pobreza, además de ser un elemento de cohesión e identidad.

López Martínez consideró que, ante la diversificación de las actividades pesqueras, en periodos de veda tiene que haber un aprovechamiento de especies que no sean las tradicionales, previa realización de estudios de mercado y de recursos potenciales. Además, los pescadores también deben participar activamente en la integración de esquemas que permitan mantener al sector dinámico todo el año.

El profesor investigador de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Campus Mazatlán, Guillermo Rodríguez Domínguez, consideró importante evitar llegar a un nivel de sobreexplotación de los recursos marinos.

Actualmente, expuso, el sector cuenta con el 16.1 por ciento de potencial de desarrollo, que de explotarse de manera sustentable contribuiría a incrementar la producción pesquera nacional.

Llamó a coordinar la formulación e integración del Programa Nacional de Investigación Científica Tecnológica en Pesca y Acuacultura, con base en las propuestas de las instituciones educativas, académicas, de investigación, universidades y organizaciones de productores para coordinar la integración y funcionamiento de una Red Nacional de Información e Investigación en Pesca y Acuacultura tendiente a articular acciones y optimizar recursos humanos, financieros y de infraestructura.

Mujeres, en el centro de la pesca ribereña y la acuacultura

La investigadora del programa Cátedras Conacyt de la Universidad Autónoma del Carmen, María Amparo Rodríguez Santiago, destacó que la mujer tiene representación del 17 por ciento en el sector pesquero ribereño y de altura. Los estados con mayor representatividad, dijo, son Baja California Sur, Campeche, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Yucatán.

La mujer, indicó, ha tomado mayor relevancia en el subsector y actualmente cientos de ellas participan en diferentes actividades relacionadas con la pesca y la acuacultura, que van desde la elaboración de artes de pesca, capturas, procesamiento, distribución y comercialización, hasta en los procesos de otorgar valor agregado a los productos.

Citó que entre las funciones más destacadas de las mujeres en la pesca industrial y artesanal están el procesado y venta, pero también intervienen en el sector como empresarias.

Además, indicó, en las 213 mil 200 fuentes de empleo que tienen lugar en actividades de apicultura y pesca, 24 mil corresponden a mujeres, donde aún hay pendientes por subsanar como mejorar sus ingresos y condiciones laborales y garantizar la protección social.

El director de la Escuela de Ingeniería Pesquera de la Universidad Autónoma de Nayarit, Marcial de Jesús Ruiz Velazco Arce, consideró necesario generar programas de producción para fortalecer a la pesca y la acuacultura, redoblar las acciones de inspección y vigilancia y echar a andar campañas de consumo.

Indicó que se requieren también nuevos canales de comercialización, incentivar y fomentar entre la población el consumo de los productos del mar, fortalecer la cadena de suministro, definir porcentajes de apoyo a los planes de producción y comercialización y estimular apoyos para el almacenamiento de productos.

El profesor investigador del Colegio de Postgraduados (Colpos) Campus Veracruz, Diego Esteban Plata Rosado, destacó también que existen oportunidades de crecimiento del sector, pues en México el consumo per cápita anual promedio supera los nueve kilogramos, cuando a nivel mundial es de 18 kilogramos.

Destacó que la acuacultura es una estrategia para avanzar hacia la seguridad alimentaria, además de que se realiza de manera sustentable, pues la tecnología permite hacer un manejo óptimo del recurso agua y se puede reciclar o purificar, además de que podría generar hasta un millón de empleos en seis años.

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