Existen nanopartículas de dióxido de titanio, oro, plata, estaño y carbono, las cuales miden entre uno y 100 nanómetros, con las que se elaboran diferentes productos industriales; tienen gran utilidad para producir y transportar fármacos, así como aditivos alimenticios, que cuando los consumimos oralmente dañan en el tracto digestivo y el colon, advirtió la investigadora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM, Yolanda Irasema Chirino López.
El ser humano está en contacto con diversos productos que las contienen, como teléfonos celulares y pantallas táctiles de dispositivos de tabletas y computadoras; textiles sintéticos de la ropa, envolturas y aditivos de alimentos industrializados, y en excipientes de algunos medicamentos, especialmente tabletas, agregó.
Quien labora varias horas al día y durante años en la fabricación de estos dispositivos tiene contacto crónico con ellos; en caso de que tenga cáncer la persona, puede exacerbar la cantidad de tumores, demuestran algunos experimentos de laboratorio efectuados en modelos de ratones en esa entidad universitaria, detalló.
Chirino López destacó: “mientras en Europa y Estados Unidos hay una regulación estricta y se sabe qué tipo de empaques contienen nanomateriales, en México no sabemos, pues la regulación no obliga a las empresas a declarar si están usando algún tipo de nanomaterial en el empaque o como aditivo alimenticio”.
En el laboratorio, se estudia el dióxido de titanio grado alimenticio, un compuesto permitido en una Norma Oficial Mexicana para elaborar tortillas empacadas, así como dulces y chocolates confitados, el cual se describe en la etiqueta, pero se ingiere y deposita en nuestro cuerpo al consumir estos alimentos, abundó.
Puntualizó que un experimento con roedores demostró que al ingerir nanopartículas de dióxido de titanio los animales presentan exacerbación de tumores cuando previamente padecen cáncer. En cuanto a las líneas celulares, Chirino López y sus colaboradores demostraron que las nanofibras de titanio, grado industrial, vuelven más resistentes a las células cancerosas de pulmón ante medicamentos contra el cáncer.
Son especialmente tóxicas las nanofibras, pues simulan formas fibrosas como la de asbesto, un material muy tóxico; causan inflamación considerable en los pulmones. “No solo es importante la composición química de la nanopartícula, sino también su forma. Dañan más las formas fibrosas que las esféricas”, externó.
Para el ambiente representa un riesgo importante, porque diversos dispositivos y materiales terminan en basureros municipales donde contaminan el suelo, la polución pasa a los mantos acuíferos que se usan en la agricultura. El daño no solo es para el humano, precisó.
Sugirió mantener equilibrio en el consumo y procurar comer alimentos naturales, caseros y poco procesados.