Nahúm Román Vargas, ingeniero eléctrico y consultor independiente, al hablar a favor de la iniciativa, expresó que como efectos de la reforma de 2013 hay un crecimiento desbordado en la generación, mientras que la demanda no se ha incrementado al mismo ritmo; es decir, hay una sobreoferta de generación como consecuencia de haber desarticulado la planificación. “No hubo una base técnica para expandirla y se han incorporado centrales sin tomar en cuenta las características de la red eléctrica y las implicaciones que pueden tener”.
También, dijo, hay incremento de la vulnerabilidad del sistema eléctrico, por lo que el Estado requiere ejercer realmente una planificación integral y coordinada, porque está desarticulada; las centrales deben entrar en tiempo y forma, de manera controlada, para evitar que debiliten la red y restrinjan la capacidad de transmisión. Además, se deben dividir los costos de la infraestructura requerida y garantizar que se cumplan las disposiciones de seguridad y confiabilidad.
Mencionó que a diferencia de la reforma de 2013 se está ante la oportunidad de hacer un diagnóstico profundo para tomar una mejor decisión en la materia. Agregó que el Sistema Eléctrico Nacional está endeble, debilitado, invadido y susceptible a que una falla ocasione otro apagón masivo, porque “se depende de muchos esquemas de acción remedial; se debe mejorar la confiabilidad”.
No se requiere una reforma
Al pronunciarse en contra, Víctor Florencio Ramírez Cabrera, en representación de la Plataforma México Clima y Energía, afirmó que no se requiere una reforma, toda vez que la planeación se puede hacer con el marco jurídico vigente. Consideró que existe una estructura que sigue principios de eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad.
Mencionó que se debe tener una red eléctrica inteligente que permita reducir los costos a los ciudadanos y se complemente con los recursos del Fondo Universal Eléctrico, y que se incluya la participación de interesados en el mercado. Resaltó que las necesidades del sector es incrementar las capacidades de transmisión en Oaxaca y Tamaulipas y mejorar la confiabilidad de las reservas y la capacidad de alojamiento.
Enfatizó que la propuesta que hoy se analiza evita que los privados participen en transmisión y distribución, y sólo les permite un 46 por ciento de generación a los inversionistas, lo cual afecta al usuario, porque no garantiza el costo de energía más bajo. Permite que una sola empresa tenga la mayoría de la energía que se produce en el país.
El sistema está vulnerado
Al hablar a favor, el ingeniero mecánico electricista, Rafael Ismael Mateu Lazcano, indicó que el sistema está vulnerado pues se permite el libre acceso y no discriminatorio a la red de transmisión y distribución por parte de generados privados, quedando la generación de energía eléctrica en mercado mayorista, regido por precios marginales locales.
Destacó que las cantidades de generación que se han incorporado al Sistema Eléctrico Nacional están duplicadas, cuando en ningún sistema del mundo el doble de capacidad es recomendable. Además, dijo, la transmisión no puede verse como una sola empresa y preguntó qué aportará la iniciativa privada para enderezar lo que está en operación, lo cual es excesivo.
Hizo votos para que la planeación sea ordenada y precisó que la Comisión Federal de Electricidad no produce y vende poco y va a la quiebra si no se reordena y se aprueba la iniciativa. Refirió que para el usuario “es indistinguible de dónde proviene la energía eléctrica si es de una fuente renovable o no; él necesita energía, continuidad, confiabilidad y una tarifa justa, porque todas las propuestas van centralizadas a endeudamiento para la Comisión Federal de Electricidad”.
Fomentar la generación de energía renovable
El coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad, Oscar Bernardo Ocampo Albarrán, al manifestarse en contra de la reforma, expuso que imposibilitará a la CFE a hacer las inversiones que se requiere en la red transmisora, ya que habría escasos recursos para la inversión eléctrica, pues su prioridad sería la transmisión en lugar de la planeación del sistema y de la transición energética. Resaltó que la CFE no tiene la capacidad de absorber la demanda de energías renovables.
Apuntó que el andamiaje actual está diseñado para desarrollar el sistema eléctrico. Enfatizó que este rubro tiene áreas de mejora, las cuales pueden solucionarse con creatividad regulatoria, por lo que no se requieren cambios constitucionales. “La clave está en permitir que cada actor institucional y del mercado ejerzan sus responsabilidades de forma independiente y que la CFE invierta en la red de transmisión”.
Sostuvo que al ciudadano le importan tres cosas de la energía eléctrica: que sea confiable, de buen servicio, limpio y con precios competitivos. Consideró que para lograr estos objetivos, es necesario fomentar la generación de energía renovable en lo posible y una transmisión suficiente confiable que minimice pérdidas.