Desde su autonomía, las universidades sirven a la nación: Enrique Graue

El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, afirmó que las universidades sirven a la nación, desde su autonomía, con la libertad de cátedra e investigación, y ajustando sus metas al presupuesto que se les otorga y del cual rinden cuentas claras y transparentes.

Y sobre todo, añadió, “servimos con amor a la verdad y la ciencia; a una verdad que no es ni será hegemónica, y a una ciencia y a su aplicación que siempre avanza y que siempre puede mejorar”.

Recalcó los 50 años de evolución, superación y crecimiento constantes del Instituto, donde se ha podido trabajar en forma interdisciplinaria y con innovación, además se han generado aplicaciones con conocimientos provenientes de distintas disciplinas, para afrontar los problemas relevantes de la actualidad.

Graue Wiechers felicitó a los integrantes de la comunidad del ICAT por continuar consolidando la gran tradición de esa instancia, estratégica para México y para su Universidad.

Al hacer uso de la palabra, el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Antonio de los Reyes Heredia, calificó al ICAT como uno de los proyectos interdisciplinarios de investigación aplicada y desarrollo tecnológico relevantes de nuestro país.

Es un orgullo para la UAM tener una herencia tan afortunada, proveniente de algunas de las instituciones de educación superior más importantes de México; ese es el caso de la UNAM y del antecedente del ICAT, ya que Sergio Reyes Luján, director fundador del entonces Centro de Instrumentos, junto con otros destacados directores, salieron de la Universidad Nacional, en 1974, para fundar la UAM.

A su vez, el coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín, recordó que hace 50 años el Subsistema de la Investigación Científica de la UNAM tenía alrededor de una tercera parte de las entidades con las que cuenta hoy.

La vocación de lo que actualmente es el ICAT era diferente; buscaba insertarse de una manera nueva y contribuir de forma complementaria al quehacer de ese subsistema; primero fue un centro de servicios, después, aún con el nombre de Centro de Instrumentos, modificó su vocación al de un centro de investigación y luego cambió de nombre al de Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico en 2002. Recientemente, en 2018 se constituyó en Instituto.

El exdirector, José Manuel Saniger Blesa, comentó que 50 años pueden parecer muchos; sin embargo, “sigo pensando que el ICAT es joven y rejuvenecido”, donde seguramente la edad promedio de sus académicos es menor hoy que hace 10 años. Este medio siglo es una meta alcanzada, pero al mismo tiempo un punto de partida retador, en tiempos complejos.

La investigadora del ICAT, Citlali Sánchez Aké, dijo que esa instancia está dedicada a contribuir a la expansión del conocimiento en ciencia y tecnología. También constituye un lugar donde jóvenes estudiantes tienen acceso, por primera vez, a laboratorios de punta y se involucran en el quehacer científico que se realiza en la UNAM.

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