El Grupo Parlamentario de Morena, que coordina el senador Ricardo Monreal Ávila, dio su respaldo al pronunciamiento histórico que emitió este martes el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Monreal Ávila consideró que se trató de un discurso inédito, no sólo porque toca de raíz los problemas del mundo, sino porque plantea la necesidad de instaurar el Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar para reducir la pobreza extrema, que se concentra en aproximadamente 750 millones de habitantes del planeta.
Ricardo Monreal agregó que el Presidente abordó en la ONU otros temas importantes, como el derecho de una vida libre de temores y de miseria.
Calificó de muy sincero el pronunciamiento de López Obrador cuando afirmó que “sería hipócrita ignorar que el principal problema del planeta es la corrupción, en todas sus expresiones y dimensiones: la política, la moral, la económica, la legal, la fiscal, la financiera”.
Por eso, agregó el legislador, insistió en que la corrupción es la causa principal de la desigualdad, de la pobreza, de la frustración, de la violencia, de la migración y de grandes conflictos sociales.
En tanto, el senador Héctor Vasconcelos dijo que la propuesta del Presidente tiene una mayor importancia, porque se refiere a la pobreza, uno de los dos más grandes problemas que enfrenta el mundo en este momento.
Es insostenible, en términos puramente económicos, subrayó, que existan unas cuantas corporaciones, cuya fortuna se acerca a los 200 mil millones de dólares, mientras que cientos de millones de personas sobreviven con menos de dos dólares al día”.
Explicó que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador se refiere a esta extraordinaria e inaudita concentración de riqueza; por ello, más allá de preguntarse si era pertinente emitir este discurso en el Consejo de Seguridad, el fondo es la propuesta, el hecho de abordar el tema.
Héctor Vasconcelos afirmó que el Presidente de México planteó una contribución anual de 4 por ciento de las grandes fortunas y empresas trasnacionales, y que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial puedan diseñar mecanismos para que las donaciones puedan transferirse a los más desfavorecidos.