Estudio del IPN confirma que consumo de semilla germinada de amaranto reduce niveles de colesterol

Mediante un estudio realizado en modelos animales, científicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) confirmaron que, además de caracterizarse por su alto contenido de proteínas, la semilla germinada de amaranto posee propiedades que contribuyen a reducir el índice elevado de colesterol y triglicéridos en la sangre.

En ese sentido, la Secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez ha subrayado la importancia de que se enseñe a los niños y niñas buenos hábitos alimenticios, para garantizar una alimentación saludable y más económica para sus familias.

En tanto, el Director General del IPN, Arturo Reyes Sandoval, ha asegurado que los politécnicos se caracterizan por su talento, creatividad y trabajo frente a los retos que se presentan y siempre tienen por delante la premisa de servir al país.

La investigación, realizada por la Doctora Cristian Jiménez Martínez, experta en el estudio de alimentos, en colaboración con la Doctora Leticia Garduño Siciliano, especialista en Ciencias Químicobiológicas, ambas adscritas a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), pretende diversificar el consumo de alimentos tradicionales que datan de la época prehispánica, como el amaranto, así como potenciar la funcionalidad de la semilla para coadyuvar al cuidado de la salud de la población.

Al respecto, Jiménez Martínez destacó que el amaranto posee un buen balance de aminoácidos esenciales (principalmente triptófano y lisina) y contiene proteínas de calidad similar a las de origen animal; es por ello que iniciaron el estudio de la semilla para determinar su funcionalidad en la prevención de enfermedades y comprobaron que es un alimento funcional con gran potencial, ya que además de nutrir, el consumo diario de la semilla germinada redujo cerca de 50 por ciento el nivel de colesterol total en sangre de los roedores en experimentación.

La catedrática del IPN adscrita al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel II detalló que alimentaron a los roedores con una dieta hipercalórica durante cuatro semanas y paralelamente se les administró una cantidad específica del amaranto germinado –acorde al peso-. “Con la dieta alta en calorías se elevó considerablemente el nivel de colesterol de los animales, pero al término del experimento corroboramos que ese índice era 47 por ciento menor al del grupo de ratones que sólo consumió dieta hipercalórica”, añadió.

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