La Medicina es un campo con grandes avances desde hace dos siglos, tiempo durante el cual se han modificado la salud pública, la esperanza de vida, el tipo de enfermedades, los medicamentos y los diagnósticos médicos.
“Después de la Independencia prevalecía una deficiente higiene pública, lo que originaba una gran prevalencia de enfermedades infecciosas, especialmente diarreicas y pulmonares, además del frecuente contagio de epidemias como la viruela y el cólera, heredadas de la época colonial”, señaló Ruy Echavarría Rodríguez, coordinador de Enseñanza del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina en la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Algunas enfermedades, como la tuberculosis, se mantenían desde la época prehispánica en el país, mientras que otras, como el sarampión, la varicela y la tosferina fueron herencias europeas llegadas en la Colonia y prevalecientes después de la era revolucionaria.
En la primera mitad del siglo XIX hubo epidemias graves de tifus, influenza, fiebre amarilla y malaria. Las consecuencias de mortalidad y contagio fueron tan graves que en 1832 el gobierno decidió absorber los gastos que ocasionaban.
“Eran comunes las muertes de hasta el 50 por ciento de los niños menores de cinco años y la esperanza de vida era de 30 a 32 años, por lo que muchas enfermedades crónicas no alcanzaban a afectar a las personas, como los padecimientos cardiacos crónicos, las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el cáncer de mama o próstata que hoy tienen altos índices en la población nacional”, comentó Echavarría.
En su artículo “Historia de la salud pública en México: siglos XIX y XX” (https://doi.org/10.1590/S0104-59701998000200002), Ana Cecilia Rodríguez de Romo y Martha Eugenia Rodríguez Pérez, del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la FM, narran que durante ese periodo, el crecimiento de la salud pública acompañó al desarrollo político y social del país.
Detallan que en la época de la Independencia (1821) y a inicios de la mitad del siglo XIX, el cuidado de los enfermos dependía en parte de la caridad religiosa. El llamado “cuidado público benéfico” se introdujo y se consolidó más tarde bajo la presidencia de Benito Juárez (1856) y luego continuó bajo Porfirio Díaz (1880-1910).
En su artículo explican que la Revolución Mexicana (1910-1917) trajo la noción de que la asistencia en salud pública es responsabilidad social del Estado. La atención de la salud y la seguridad social son ahora parte de la llamada “medicina institucional”, que también abarca la investigación y la enseñanza en salud pública.
Síguenos en nuestro canal de YouTube!
https://youtube.com/channel/UCPATRzka6jYsBVEwYKZ3u6g