A pesar de las campañas de difusión para dar a conocer que es sencillo realizar el testamento y que es el acto más importante de soberanía de cada persona, el porcentaje de mexicanos en posibilidad de llevarlo a cabo no suma 20 por ciento, señalaron académicos de la Facultad de Derecho (FD).
En la conferencia de medios a distancia “Testamento, garantía de tranquilidad”, destacaron los también notarios que, sin embargo, a partir de la pandemia se incrementó el porcentaje entre 30 y 50 por ciento de quienes otorgan este instrumento.
Miguel Ángel Beltrán Lara, presidente del Colegio de Profesores de Derecho Civil de la UNAM, dijo que durante el “mes del testamento” aumenta ese porcentaje. Pero con la emergencia sanitaria esta tendencia se ha visto a lo largo del año. Cuando bajan los casos de contagio son dos o tres al día. Si suben, la gente se queda en casa y no salen a hacer ese trámite.
El experto recalcó que el momento para disponer de los bienes no es a la entrada al quirófano, al pie de un avión o en el lecho de muerte, sino cuando la persona está bien de salud, concentrada, cuando puede tomar decisiones con calma y bien reflexionadas; no se necesita sólo tener la capacidad mental, sino tranquilidad para hacerlo.
El testamento abarca los bienes que tenga una persona al momento de su fallecimiento (propiedades, autos, colecciones artísticas, etcétera), por lo que se puede hacer “desde este momento”.
Por ejemplo, para evitar conflictos, una persona puede dejar al hijo la casa y a la hija el departamento; en este caso estamos frente a una figura que se conoce como el legado, que surge cuando se quiere dejar un bien específico a alguien determinado. También es posible, sin especificar los bienes, nombrar al hijo heredero de 70 por ciento y a la hija, de 30 por ciento.
Al acudir a cualquiera de las 250 notarías que hay en la Ciudad de México, por ejemplo, las personas recibirán asesoría. El costo de un testamento (que se puede otorgar a partir de los 16 años de edad), el cual generalmente es de cinco a seis mil pesos; en septiembre es de dos mil 798 pesos, a fin de que la población proteja su patrimonio y a sus seres queridos.
Con la pandemia se ha tomado más conciencia de que la vida no la tenemos comprada y de que se evitan problemas cuando se hace un testamento con el debido asesoramiento del notario, aseveró Miguel Ángel Beltrán.
De acuerdo con Jorge Alfredo Domínguez Martínez, expresidente del Colegio de Profesores de Derecho Civil, cualquier persona tiene a su alcance ese recurso para disponer quién se va a quedar con sus bienes. Además, ante notario, también sirve para reconocer a un hijo.
El especialista explicó que es revocable en cualquier momento, siempre y cuando la persona esté en condiciones mentales de hacerlo; obtenerlo “da tranquilidad, da seguridad y certeza”.
Cuando no hay testamento, aclaró, se deben aplicar las reglas que la ley contiene para dar esa continuidad. Los primeros llamados a heredar son los descendientes, es decir, los hijos, y si no los hay, los nietos. Después se dan combinaciones entre la pareja, los hermanos y hasta llegar a parientes consanguíneos colaterales de cuarto grado, como primos, tíos abuelos o sobrinos nietos.
Domínguez Martínez afirmó que la única forma sólida, consistente y blindada de hacer un testamento es ante notario.
Cuando se utilizaban otras figuras, como el ológrafo o manuscrito, o el privado cuando había una emergencia, conducían a juicios “eternos”. “Aunque hubiera otras maneras de hacerlo, la mejor para testar es en una notaría”.
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