La enfermedad de Alzheimer se considera la nueva epidemia del siglo XXI. En la actualidad existen 35 millones de personas en el mundo con este padecimiento, cifra que se duplicará cada 20 años; es decir, se espera que para 2030 haya 65.7 millones casos y poco más de 115 millones para 2050, de acuerdo con el organismo internacional Alzheimer’s Disease International.
En México se estima que aproximadamente 900 mil personas padecen Alzheimer esporádico, la forma más común; no obstante, esta cifra podría elevarse a un millón debido a que una cantidad importante de casos no se reportan en los sistemas de salud, afirma María del Carmen Cárdenas Aguayo, titular del Laboratorio de Reprogramación Celular y Enfermedades Crónico-Degenerativas del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina.
Menciona que es la demencia de mayor prevalencia a nivel global y afecta más a la población femenina que a los varones. De cada 100 individuos con esta enfermedad, 60 son mujeres; existen varias hipótesis al respecto, entre ellas la longevidad de este grupo poblacional, así como su relación con los estrógenos.
El número de casos podría ser mayor en el futuro cercano debido a la pandemia de la COVID-19, toda vez que los adultos mayores de 65 años que padecieron formas graves, tienen mayor probabilidad de desarrollar una demencia tipo Alzheimer, porque el virus SARS-CoV-2 puede afectar el sistema nervioso provocando inflamación, la cual está relacionada con la neurodegeneración, alerta la científica universitaria en ocasión del Día Mundial del Alzheimer que se conmemora el 21 de septiembre.
María del Carmen Cárdenas explica que 70 por ciento de las demencias son del tipo Alzheimer, caracterizadas por el deterioro cognitivo que va menguando la calidad de vida del paciente, y lo hacen dependiente de un cuidador.
La especialista precisa que en más de 99 por ciento de los casos son del tipo esporádico, no tienen un componente genético y suele aparecer a partir de los 65 años de edad con afectación progresiva y sólo uno por ciento es considerado de tipo familiar o genético, se presenta de los 35 a 40 años, y suele ser más agresiva.
En ambos casos el tiempo de sobrevida máxima es de 10 años a partir del inicio del padecimiento. Se trata de mutaciones particulares en genes que tienen que ver con la agregación de proteínas (PSEN1, PSEN2 y APP), en particular del péptido beta amiloide, precisa.
A menor escolaridad, mayor riesgo
Entre los indicadores de los síntomas cognitivos se encuentran las alteraciones en la memoria y en el lenguaje. Los primeros se caracterizan por la presencia de olvidos frecuentes, pérdida de objetos o su colocación en lugares inadecuados, repetición de preguntas e historias. Lo anterior se debe a que la región cerebral que está afectada es el hipocampo, área responsable del aprendizaje y la memoria a corto plazo, encargada de elaborar y almacenar nueva información.
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