A participar en el simulacro del próximo 19 de septiembre en que se conmemora el Día Nacional de la Protección Civil, porque ese día de 1985 marcó el comienzo de una nueva etapa de solidaridad en el país, cuando un grupo de ciudadanos voluntarios trabajaron coordinadamente en acciones de búsqueda y rescate de víctimas, invitó el jefe del Servicio Sismológico Nacional, Arturo Iglesias Mendoza, durante una entrevista a distancia.
Comentó que la región de Guerrero, epicentro del sismo del pasado 7 de septiembre, es una zona del país con gran potencial de movimientos telúricos y de tsunamis, por lo que hay que estar pendientes y preparados para un nuevo siniestro.
La directora del Instituto de Ingeniería (II), Rosa María Ramírez Zamora, manifestó que a la problemática de los sismos hay que añadir el cambio climático, que trae como consecuencia la ocurrencia de otros fenómenos de desastre, como son los huracanes que ocasionan inundaciones, pérdidas humanas y materiales en Hidalgo, Veracruz y el Estado de México.
Informó que el II de la UNAM trabaja de la mano con la Ciudad de México en un Observatorio Hidrológico para cuantificar la cantidad de lluvia, que es importante para el control de inundaciones en la metrópoli y puede ayudar también al Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), a fin de evitar pérdidas humanas.
En México no tiembla más en septiembre, es una percepción que desaparece si se miden los sismos a una escala mucho mayor que la humana, como muestran los registros del Servicio Sismológico Nacional (SSN), operado por la UNAM, realizados desde hace 111 años, aclaró el secretario académico del Instituto de Geofísica, Luis Quintanar Robles.