Insostenible que la caída de México-Tenochtitlán marque un “parteaguas” en la historia nacional

Lo que se conoce como la “Conquista de México” en realidad fue sólo para Tenochtitlan, porque nuestro país no existía como tal, señalaron integrantes del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, durante las Jornadas de Humanidades, “La conquista: revisiones incómodas”.

Durante la inauguración, la coordinadora de Humanidades, Guadalupe Valencia García, explicó que con este encuentro -que se enmarca en el programa “México 500”-, se busca ofrecer una visión renovada y actualizada sobre el proceso de reconocimiento, conquista y colonización de México mediante mesas de reflexión con investigadores y estudiantes de bachillerato.

La directora de la Facultad de Filosofía y Letras, Frances Rodríguez Van Gort, agregó que el objetivo es cuestionar las interpretaciones simplistas sobre la Conquista y mostrar nuevas, que ponen de relieve la complejidad del proceso y la multiplicidad de actores que participaron.

Federico Navarrete Linares, del IIH, recordó que cuando 99 mil soldados indígenas y menos de mil españoles tomaron Tenochtitlan, “los únicos derrotados fueron los mexicas”. Tlaxcaltecas, texcocanos, chalcas, huejotzincas, cholultecas, zempoaltecas y demás aliados, no se consideraron vencidos.

Por ello, la idea de que la caída de México-Tenochtitlan marca un “parteaguas” en la historia nacional es insostenible. “Hay quienes han afirmado que a lo largo del siglo XVI hubo un colapso de la civilización mesoamericana y que las culturas indígenas posteriores no son más que sus vestigios, o que los europeos impusieron su cultura; eso es falso”. El mundo indígena no desapareció con la Conquista, pero sí cambió, y la primera gran transformación fue la imposición del catolicismo.

Lo que inició en el siglo XVI fue un proceso de intercambios culturales y de redefinición de las identidades y las culturas que permanece hasta nuestros días. Llamarlo mestizaje es insuficiente; ya Mesoamérica era un mundo plural y con la Conquista esa pluralidad se potenció, añadió Navarrete Linares.

La imposición de la cultura hispana no fue completa. Ejemplo de ello es que el español no se impuso como lengua durante el periodo colonial. Al momento de la Independencia de México, en 1821, 70 por ciento de la población hablaba una lengua indígena, y probablemente el náhuatl era tan hablado como el español.

Martín Ríos Saloma, también de esa entidad académica, consideró que el 13 de agosto es una fecha simbólica que sirve al relato nacional para marcar “un antes y un después”, pero la historia no son fechas ni nombres, sino procesos. Así, el lapso que transcurre entre la primavera de 1519 y agosto de 1521 es apenas la primera fase del reconocimiento y colonización de estas tierras.

Fue un periodo importante, rico en acontecimientos políticos y militares, pero la Conquista no se reduce a esa perspectiva. Vinieron después procesos de naturaleza cultural que perviven hasta la actualidad.

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