Jugar a hacer teatro sin que el otro lo sepa fue uno de los objetivos con los que inició el Colectivo Teatral Aguaalada, formado en 2007 para ofrecer espectáculos de calidad y convertirse en un espacio de convergencia de distintos artistas que comparten el interés, el amor y la preocupación por el teatro con niñas, niños y adolescentes.
Alberto Bueno Beltrán, diseñador escénico, pedagogo teatral y director del colectivo, comenta en entrevista que en sus inicios formó parte de TATUAS, una de las agrupaciones teatrales reconocidas del noroeste del país y posteriormente de Grupo 55, cuya metodología se basa en el juego, lo que le dio las bases para fundar su propio colectivo con la colaboración de actores y actrices profesionales dedicados al teatro para niños.
Con esa experiencia, en el 2007, Bueno Beltrán debutó como director en el proyecto Aguaalada con la obra Vieja el último, primera de 12 producciones que la agrupación tiene en su historia, como como Salir al mundo, que fue seleccionada para participar en la XXX edición de la Muestra Nacional de Teatro.
Como colectivo ganaron la convocatoria de Teatro Escolar durante varios años consecutivos, asistieron a algunos festivales internaciones “todo funcionó muy bien, pero luego sentía que ya nos habíamos enfrascado en lo mismo, es decir, un grupo que se encargaba de montar, representar y no había más”.
Con la idea de explorar y experimentar en la formación en las artes escénicas de audiencias menores de edad, Alberto Bueno inició el trabajo con jóvenes en conflicto con la ley, creando el Taller Laboratorio de Teatro Jugar, al Teatro al interior del Centro de Internamiento para Adolescentes (CIPA Sinaloa), el cual continua activo.