La inauguración, que estuvo marcada por el entusiasmo de los participantes, representó la primera vez que cada país desfiló con dos abanderados, una mujer y un hombre, como parte de las políticas de igualdad.
Presentada como “la luz al final del túnel”, Tokio 2020, que conservó su nombre oficial a pesar de realizarse este año, rindió un homenaje a todos los atletas que tuvieron que prepararse en casa durante la cuarentena impuesta por la pandemia de covid-19. El tema “Alejados, pero juntos”, representó a los miles de deportistas que después del aislamiento, por fin se reunieron en la máxima justa deportiva del mundo.
Los abanderados nacionales Rommel Pacheco, de clavados y Gabriela López de golf, ondearon con orgullo el lábaro patrio, al encabezar a la delegación nacional que ingresó al Estadio Olímpico.
En el acto protocolario, la presidenta del Comité Organizador de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, dio la bienvenida a los atletas de todo el mundo y destacó que tuvieron que superar un gran reto para seguir adelante con los Juegos Olímpicos, tras la incertidumbre que provocó la pandemia de covid-19, pero “después de más de medio siglo los Juegos han regresado a Tokio y haremos todo para que sea una fuente de orgullo”.
El emperador de Japón, Naruhito, realizó la declaratoria oficial de inauguración y la bandera olímpica, con sus cinco aros de colores, en fondo blanco, se hizo ante los acordes del himno de los Juegos Olímpicos.
El momento más emotivo se vivió con el encendido del fuego olímpico, en el pebetero que representa al monte Fuji, honor que asumió la tenista Naomi Osaka, tras recibir el fuego olímpico, que fue trasladado por grandes figuras deportivas niponas y representantes de los médicos y enfermeras de Japón, en la antorcha inspirada en la flor del cerezo sakura.