El fantasma de “El Jergas”
En el Pueblo Mágico de Real de Catorce en San Luis Potosí, un sitio que tuvo gran actividad minera, nace la historia de “El Jergas”, quien según la leyenda fue un minero que murió mientras trabajaba. El Jergas se aparecía en las minas cuando un minero se encontraba solo. Vestía botas, casco y ropa de trabajo, un atuendo muy normal para quienes laboraban en el lugar, por lo cual su figura no sugería nada fuera de lo común. Se presentaba ante el trabajador como ingeniero, en seguida le daba la orden de que debía regresar a trabajar para así perderlo en túneles escondidos o zonas desconocidas de la mina, de donde el minero sólo podía salir si alguien lo rescataba.
Sin embargo, se cuenta que en la mayoría de los casos el Jergas no hacía daño a los mineros, por el contrario, casi siempre los recompensaba y lo llevaba a puntos específicos donde había una rica cantidad de minerales que extraer, o bien en sus bolsillos aparecían pepitas de oro y plata, pero en otras tantas ocasiones, el Jergas sólo extraviaba a los mineros sin darles nada a cambio.
Pese a no ser un espíritu maligno, los obreros le temían, ya que no se sabía si su aparición iba a traer consigo un beneficio o simplemente iba a perderlos en la mina por horas o días, sin posibilidad de salir por sí mismos. Hoy en día, la gente dice que el Jergas aún habita en los yacimientos del pueblo, y que está en espera de encontrar a alguien para extraviarlo por alguno de los sitios misteriosos que albergan las minas, por lo que pocos se atreven a caminar por esos lugares a solas.
Leyenda de la piedra negra
Durante la época virreinal, en Vetagrande, Zacatecas, Misael Galán y Gildardo Higinio, emprendieron una aventura en la sierra zacatecana en búsqueda de riquezas. Hallaron una cueva con un veta madre y comenzaron a escarbar, pero no hallaron nada. Hartos y cansados maldijeron al cerro y exigieron les entregara su riqueza; cuando acabaron su reclamo, de pronto una gran piedra de oro apareció frente a ellos.
Misael fue al pueblo a comprar comida y bebida para festejar, mientras Gildardo se quedó solo en la cueva. Ahí se le apareció un espíritu maligno y le dijo: “¡Qué tonto! ¿De verdad crees que tu amigo va a compartir la riqueza contigo? La piedra es tuya. Cuando vuelva pregúntale si ambos son ricos y te darás cuenta”. Al volver su compañero le hizo la pregunta y él respondió: ¡No molestes, sí yo soy rico!. Gildardo enfurecido, acabó con la vida de Misael y quiso tomar la piedra para llevársela, el espíritu se manifestó nuevamente impidiéndoselo y expresó: “te dije que la piedra es tuya pero no que podías llevártela y por traicionar a tu amigo, tu maldición será enloquecer y quedarte aquí toda la eternidad”.
Fray Buena Ventura comenzó la búsqueda de los jóvenes, al llegar encontraron a Gildardo enloquecido aferrado a la piedra dorada rodeado de decenas de cádaveres. Fray, observó ese escenario tomó su biblia, un rosario y agua bendita y comenzó a rociarla en la cueva, entonces la piedra se tornó negra y maldita, fue trasladada a la catedral que aún estaba en construcción. Se dice que la piedra negra aún puede verse, desde la Calle del Ángel, en un muro de la catedral de Zacatecas.