El Colegio de Posgraduados (Colpos) Campus Puebla puso en marcha la operación de Escuelas Campesinas (EC), esto gracias a la búsqueda de innovaciones educativas pertinentes y el desarrollo o de capacidades y conocimientos ancestrales para un campo más productivo.
Enfatizaron que en el proceso de gestión de las EC se siguen cinco áreas de acción estratégica en el esquema de enseñanza-aprendizaje: Organización y valores humanos; Agroecología, tecnología y sustentabilidad; Mercado y valor agregado; Ambiente y cambio climático, y Estado, políticas públicas y seguridad.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural destacó que actualmente, se trabaja en la potenciación de la agricultura familiar, específicamente en la cadena de valor del aguacate, amaranto, frutales caducifolios, ganadería familiar, frutillas, maíz, soya y producción de abonos e insecticidas orgánicos.
En este proceso participan 152 campesinos e indígenas, 34 por ciento mujeres y el resto varones. Del total, 21 por ciento son jóvenes de entre 22 y 30 años de edad, de 16 comunidades de seis municipios de Puebla y uno de Morelos.
Agregaron que el proceso de enseñanza y aprendizaje de las EC es propuesto, evaluado y recompuesto constantemente, a través de dinámicas grupales, considerando el diálogo entre sabiduría campesina e indígena y conocimientos técnicos, como campos curriculares estratégicos.
El modelo considera las experiencias del sujeto participante, desde la potenciación cognoscente de su saber ser, pensar, conocer, hacer y actuar, sus impactos en la innovación social y técnica, y la cohesión social en el ámbito individual, doméstico, comunitaria y territorial.
Agricultura informó que estos centros de estudios constituyen procesos de formación de sujetos agentes (capacitadores), que parten de revalorar a agricultores campesinos e indígenas de pequeña escala como personas sabias, sujetos cognoscentes e inmersos en procesos de enseñanza-aprendizaje.
Mencionaron que estas alternativas educativas van más allá de la introducción de innovaciones en los procedimientos de producción, toda vez que trabajan en la constitución de procesos potenciadores de las iniciativas que promueven los cambios estructurales en la vida cotidiana individual y colectiva del medio rural.
Destacaron que las EC potencian, a través de procesos de enseñanza-aprendizaje participativos, la formación de líderes y lideresas campesinas e indígenas, el desarrollo de aptitudes, y el rescate y revaloración de sus saberes locales y ancestrales.
Además de que refuerzan competencias, habilidades y capacidades sobre la agricultura agroecológica, la autogestión y la innovación, tangible e intangible, en torno al desarrollo social y ambiental individual, comunitaria y territorial.
Esta propuesta, que forma parte de las contribuciones del Colegio en procesos de formación profesional, especialmente de postgrados en ciencias y profesionalización, evidencian la importancia del trabajo interdisciplinario de la comunidad académica y potencian la investigación y la vinculación.
Así mismo, la trascendencia de la colaboración de autoridades locales y la participación comprometida de campesinos, campesinas, indígenas y de otras personas que se han sumado a estos procesos de educación alternativa.
Este esquema coadyuva a contrarrestar el empobrecimiento, la marginación, la exclusión social y el estancamiento tecnológico de regiones indígenas y campesinas en México, problemas complejos que requieren múltiples esfuerzos para superarlos.