El Gobierno de México se sumó a la celebración del 50 aniversario del Premio Nobel de la Paz entregado al Dr. Norman Borlaug y el llamado a la acción e impacto de Agricultura para la Paz, cuyo objetivo es acelerar los mecanismos de cooperación internacional para la investigación, el desarrollo y promoción de sistemas agroalimentarios productivos, resilientes y sostenibles en todo el mundo.
El Gobierno de México, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Centro Nobel de la Paz, hace un llamado a la acción y al impacto al desarrollar una Agricultura para la Paz que contribuya a superar los principales retos del desarrollo humano en el complejo entorno económico y social de un sistema internacional bajo presión por factores como el conflicto, la migración forzada y el cambio climático.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula mencionó que México conoce la estrecha relación que existe entre la agricultura y la paz y, a su vez, es reconocido por sus contribuciones históricas a la seguridad alimentaria global y, por ende, a la estabilidad de muchos países y regiones.
Afirmó que México tiene la convicción de que la agricultura es el camino más cierto para construir una paz duradera en el mundo y, su intrincada relación con los fenómenos migratorios de la población vulnerable, por lo que esta actividad es fundamental para erradicar el hambre y la pobreza a nivel mundial.
Refirió que en este esfuerzo global, habrá que apoyarnos en la ciencia, la innovación y la tecnología para construir sistemas alimentarios más justos, productivos, sostenibles y rentables, como en los trabajos de colaboración con el CIMMYT para desarrollar y mejorar las prácticas, tecnologías y capacidades de los productores de granos básicos.
La Secretaría informó que México fue pionero en establecer mecanismos de cooperación internacional con otros gobiernos, como el de Estados Unidos, y con la iniciativa privada, como la Fundación Rockefeller, para combatir la pobreza rural y desarrollar sistemas agroalimentarios capaces de alimentar a una población mundial creciente por lo que nuestro país logró ser autosuficiente en la producción de granos básicos.
El investigador más ilustre y reconocido de CIMMYT fue el Dr. Norman Borlaug, originario de Iowa, Estados Unidos, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por desarrollar nuevas variedades de trigo de alto rendimiento junto con productores e investigadores mexicanos y por hacerlas accesibles a agricultores de todo el mundo, principalmente en el sureste asiático.
Recientemente, el Gobierno de México, el Centro Nobel de la Paz y el CIMMYT conmemoraron el legado de Norman Borlaug para celebrar el Día Internacional de la Paz, jornada establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1981 para cesar por 24 horas todo tipo de hostilidades y fortalecer los ideales de la paz, incluyendo el objetivo “hambre cero” del desarrollo sostenible.
Este año, el Comité Noruego del Premio Nobel entregará el Premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas, 50 años después de haber honrado a Norman Borlaug con el prestigiado reconocimiento, “por sus esfuerzos para combatir el hambre, por sus contribuciones para mejorar las condiciones para la paz en áreas afectadas por conflictos y por actuar como una fuerza dirigente en los esfuerzos para evitar que el hambre se use como un arma de guerra y conflicto”.
“La decisión de la Fundación del Premio Nobel hace énfasis en la importancia de la seguridad alimentaria, de la Agricultura para la Paz y de la necesidad de sistemas alimentarios resilientes”, señaló la subsecretaría de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Martha Delgado.